El Teatro Principal de A Estrada acogió en la noche del pasado jueves un Parladoiro especial. El entrenador del Obradoiro Monbus, Moncho Fernández, regresaba una vez más a un pueblo donde dejó huella. Antes de hacer historia en la ACB y cuando todavía daba sus primeros pasos en los banquillos, el técnico compostelano dirigió al EDM Baloncesto A Estrada. Aquí se encontró una de las mejores plantillas que salió de la cantera estradense, con la que logró el ascenso a Nacional. Esta entrevista realizada por la periodista Marga Pazos sobre las tablas del Teatro Principal permitió descubrir el lado más personal de técnico compostelano, así como su filosofía de baloncesto y vida. Pero también fue una oportunidad para recordar su etapa en A Estrada, con una confesión especial. La foto del equipo del EDM es la única que tiene en su despacho de trabajo.

El Parladoiro comenzó desde el principio, recordando los orígenes de Moncho Fernández a través de sus padres –de quienes le viene su amor por el baloncesto y por el Obradoiro– y de sus estudios de Historia. En ese camino hacia el profesorado se cruzó sin embargo su sueño de ser entrenador. El alquimista de Pontepedriña acumula ya años de experiencia en el baloncesto profesional pero en sus inicios se curtió en equipos de base y séniors de Galicia. Ahí fue cuando su camino se cruzó con el EDM A Estrada, una etapa que recuerda con gran cariño. El técnico destacó la calidad de un grupo de jugadores que bajo su mando firmó na campaña para el recuerdo.

Precisamente, una de las sorpresas de la noche la protagonizaron el presidente del EDM, Alfonso Sanmartín, el hombre que lo fichó, y los jugadores José López, Bilba, David González y Miji. En un vídeo grabado en el Coto Ferreiro todos ellos tuvieron palabras de elogio para Moncho Fernández, destacando que cogió a un grupo de amigos y los convirtió en un equipo. Uno de los aspectos que destacaron fue su dureza en los entrenamientos, algo a lo que no estaban acostumbrados. Hubo también tiempo para las anécdotas, como la de los ocho partidos de sanción que le cayeron como entrenador de un equipo de minibasket. Avergonzado, pidió irse del EDM, pero desde el club se negaron. Durante esos partidos dirigió al equipo escondido en la grada.