fútbol - Tercera División

Un aplauso en la derrota

La afición del Estradense arropa al equipo tras su gran partido ante el Polvorín

Javicho controla el balón entre dos rivales del Polvorín. |  // BERNABÉ/ANA AGRA

Javicho controla el balón entre dos rivales del Polvorín. | // BERNABÉ/ANA AGRA / L.D.

L.D.

A Estrada

“Si viese al equipo mal lo diría pero lo veo bien a pesar de las derrotas. Eso es lo más frustrante. Estamos rabiosos”, admitía ayer el entrenador del Estradense, Alberto Mariano, al analizar la derrota del pasado domingo ante el Polvorín. El choque fue un contraste de sensaciones para los roijllos, que firmaron la que pudo ser su mejor actuación de la temporada ante un rival de categoría. Esa gran actuación quedó sin embargo en nada con un gol encajado en el minuto 94. Ese tanto en el descuento fue un mazazo para un equipo necesitado de un golpe anímico y que veía como se iba por la borda todo su esfuerzo. En ese duro momento destacó la reacción de la afición del Estradense, que despidió a su equipo entre aplausos.

“Ese aplauso final para un equipo que está en puestos de descenso es algo que tenemos que agradecerles. Creo que la afición entiende por lo que estamos pasando y valora nuestro esfuerzo. Nadie viendo este partido puede pensar que este equipo está desestructurado o que le faltan ganas”, afirmó un Alberto Mariano que sigue convencido de que el fútbol está negando a su equipo el premio que merece.

En esta ocasión, los rojillos se enfrentaban a un rival que llegaba al Municipal con fama de equipo llamado a pelear por el ascenso y con una gran calidad individual. Nada de eso se notó sobre el campo, donde solo hubo un equipo. “Hicimos casi todo bien. Presionamos alto y no les dejamos desarrollar el juego que saben hacer. Eso implicó un esfuerzo muy grande y sin poder perder el orden. No es fácil ajustar tan arriba pero el equipo se sacrificó y siempre había coberturas”, manifestó el entrenador compostelano.

Esa buena presión se veía complementada con un buen juego ofensivo, con el que lograron hacer daño en muchos momentos a su rival. “Con el balón estuvimos bien. Tuvimos pausa cuando había que tenerla y recurrimos a un juego más directo por momentos”. Esto les regaló numerosas ocasiones, incluyendo dos palos y un mano a mano de Borja. “Incluso el empate habría sido injusto por lo que se vio en el partido, pero lo que no nos merecíamos esa ese gol en el minuto 94, cuando el árbitro había dicho que eran tres minutos de añadido”, lamentó.

Los rojillos siguen así siendo antepenúltimos con once puntos en doce partidos. El próximo fin de semana visitan a un rival directo en la parte baja, el Choco, que tiene dos puntos más.

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