Julio Rodríguez fue una de las pocas caras nuevas del Inversia A Estrada Futsal esta temporada. El equipo dirigido por Paco Garabal apostó por la continuidad del bloque que logró el primer ascenso de su historia a Segunda División B y los únicos refuerzos llegaron en forma de viejos conocidos. Uno de ellos fue el cierre compostelano, que de esta manera regresaba al fútbol sala después de dos años apartado de este deporte. Sin embargo, en este tiempo Julio ha apostado por otro tipo de deporte, el triatlón, disputando diferentes competiciones y vistiendo en algunos casos los colores del Triatlón Inforhouse Santiago. El triatleta sin embargo decidió dejarse convencer este año al equipo de A Estrada, reconociendo que ya echaba de menos la pista.
“Siempre me gustó mucho nadar y andar en bicicleta, así que cuando dejé el fútbol sala me animé a ir a algunas competiciones”, explica Julio Rodríguez, quien por su trabajo en un gimnasio tiene mucha relación con deportistas del Triatlón Santiago. Esa relación fue clave para animarlo a probar en este deporte, muy diferente a lo que estaba acostumbrado tras una vida ligado al fútbol sala.
Tras su regreso, el cierre ha necesitado sin embargo un largo proceso de readaptación, especialmente para volver a coger la velocidad necesaria para el fútbol sala. “Me costó volver. A nivel físico me encontraba bien pero tuve una lesión en los isquios justo antes de empezar y eso me frenó. Creo que noté la inactividad de dos años. Era como si me faltase ritmo, como si las piernas no respondiesen como deberían. Después de navidades sin embargo ya me fui encontrando mejor. El paso de los partidos me está permitiendo recuperar el ritmo”.
Además, se encontró con un técnico, Paco Garabal, al que no le gustaba que compaginase deportes que tradicionalmente han sido opuestos en sus objetivos físicos. “Ya me dijo unas cuantas veces que es mejor que no ande en bici ni que nade pero yo lo sigo haciendo. Es cierto que son deportes en los que la musculatura que trabajas es diferente pero todo ayuda a mantenerse en forma”, argumentó.
Mirando hacia atrás, Julio explica las causas que lo llevaron a tomar la decisión de dejar el fútbol sala. Tras criarse en el Santiago Futsal y pasar por el Noia, el jugador recaló en A Estrada. “Toda la vida estuve enterrando cuatro o cinco días a la semana pero cuando llegué aquí solo entrenábamos dos días. Además, en mi segunda temporada no peleamos por nada. Eso hizo que me desmotivase, así que preferí dejarlo. Después de dos años ya me picaba sin embargo el gusanillo y puse de mi parte para que me convenciesen”.
Julio se muestra ahora ambicioso con las posibilidades de un equipo que marcha cuarto y que puede pelear por meterse en el play off de ascenso. “Por plantilla creo que podemos meternos entre los cuatro primeros. No será fácil, pero podemos pelearlo. No podemos renunciar a nada”, manifestó. “Por lo que vimos hasta ahora no hay grandes diferencias entre los equipos. El líder Ribeira no tiene mejores jugadores que nosotros. La única diferencia es que ellos entrenan cuatro días a la semana y nosotros dos, y últimamente con problemas por el toque de queda, los test, la humedad... Si entrenásemos cuatro días seguro que estaríamos arriba”.
El cierre destacó además la calidad y la experiencia que acumulan muchos de sus compañeros. “Hay gente muy buena que sabe de qué va esto. Moro es un lujo, Jorge, Pablo, Sesar... Hay mucho nivel. Solo debemos creer en nosotros”.
