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El pasado fin de semana el multiusos Lalín Arena sirvió de escenario para el estreno del conjunto cadete del Balonmán Rodeiro. El Cogal, que dirige el lalinense Martín Iglesias, cayó ante sus vecinos del UPI Informática en un encuentro histórico para la entidad y que supuso la vuelta a los banquillos al exjugador de los lalinistas.
–¿A qué se debe su vuelta a los banquillos dirigiendo a los cadetes del Balonmán Rodeiro?
–Hacía tiempo que quería volver a entrenar, lo que pasa es que por mi trabajo tenía ocupados los mismos horarios que los niños podían entrenar. Además, Paco Villar ya me lleva diciendo que les echara una mano y este año sí me puedo acercar durante dos o tres días a Rodeiro. Empezamos a entrenar en octubre porque al final nosotros lo tenemos un poquito más fácil porque al ser un equipo pequeño están todos juntos en la misma clase. La burbuja escolar nos sirve para entrenar. La idea era hacer deporte y tampoco contábamos con que esto fuera para adelante y al final nos encontramos con que la competición se activó y hubo que cambiar la forma de entrenar y adaptarse a lo que hay.
–¿Qué fue lo que le gustó del proyecto de los rodeirenses?
–A mi el balonmano siempre me gustó. Cuando dejas de jugar te desenganchas un poco del compromiso adquirido y me dediqué un poco a ver partidos. De todas formas, lo de entrenar siempre me gustó y al final tengo todos los títulos como el de entrenador nacional. Siempre estuvo en mi mente que el día que dejara de jugar el ser entrenador. Las cuestiones laborales me habían impedido hacerlo hasta ahora, aunque llegué a tener hace dos años una oferta que no se llegó a concretar del Pabellón Ourense. Ahora sí que se dieron los condicionantes y yo tenía muchas ganas. A los niños le gusta y yo estoy disfrutando esta vez muchísimo. Por eso, cuando apareció la posibilidad no me lo pensé dos veces y me puse a ello.
–¿Qué le parece el equipo?
–Es un equipo en formación. El problema que tiene un equipo como Rodeiro es que tengo solamente 11 jugadores, ocho cadetes de primer año y tres infantiles. De ahí tienes que hacer magia. Siempre estoy detrás de los niños por si tienen algún compañero en clases que quieran venir a probar y ver si lo damos convencido para sumar. El objetivo principal del equipo es que estos niños, si les gusta el balonmano, que bajen y acaben jugando en Lalín porque estamos muy cerca y puede ser una muy buena salida para todas las partes.
–¿Sigue de cerca a su equipo de toda la vida en su nuevo reto dentro de la División de Honor Plata?
–Bastante. Pude ver todos los partidos y la verdad es que estamos disfrutando. Lo que en septiembre podía parecer que se podía estar muy lejos de la categoría, que no había fichajes y demás, los partidos nos están diciendo que el equipo está de sobra preparado para competir en la categoría y yo estoy convencido de que van a conseguir los objetivos que se propongan en esta nueva aventura deportiva. Faltan por ver aún a algunos rivales pero más de la mitad de los rivales que se enfrentaron al Disiclín pues son como ellos, equipos del mismo nivel contra los que puedes ganar o perder, por supuesto. Son equipos asequibles y del mismo nivel que el conjunto de Pablo Cacheda.
“El cuarto puesto está para cualquiera en Plata”
–¿Cree que el Disiclín podría ser la revelación de la temporada en la División de Honor Plata?
–Ahora mismo no hay dinero en el balonmano para poder fichar como había antaño. Eso iguala un poco las fuerzas. Por lo que vimos hasta ahora excepto el Barça B y el Novás, aunque me queda por ver al Burgos, pero el cuarto puesto está para cualquiera. Fue una pena lo del sábado pasado en Ibiza, pero bueno..
–¿Dónde estaría la clave de esta liga para los de Cacheda?
–Lo importante es el golaverage. Quedan los partidos de vuelta y se puede recuperar. Yo creo que la cuarta, quinta y sexta posición se verán influenciadas por eso. El golaverage marcará puestos determinantes en la clasificación de Plata. Sería la leche quedar entre los cinco primeros con el objetivo conseguido en enero y a disfrutar de la segunda fase con los mejores equipos de la categoría. Si no se consigue, a sufrir.
