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El Disiclín Lalín paga la novatada con una derrota ante el Sant Martí

Los condenaron sus errores en momentos clave ante un rival que siempre fue por delante

José Pedreira, en un partido de esta temporada en el Lalín Arena. // Bernabé/Javier Lalín

El Disiclín Balonmán Lalín encajó ayer su primera derrota de la temporada en División de Honor Plata. Los rojinegros tropezaron con un recién ascendido Sant Martí Adrianenc que fue capaz de imponer sus pocos pero sólidos argumentos para llevarse los puntos en juego y sumar su segunda victoria en el inicio de liga. Los catalanes tiraron de buen juego de uno contra uno y del acierto de su portería para tomar una ventaja en el marcador que lograron mantener hasta el final. Los rojinegros por su parte volvieron a poner corazón y amenazaron con la remontada en varias ocasiones. Fallos en lanzamientos y pérdidas de balón en momentos clave terminaron por hundir sus opciones. "Pagamos la novatada pero esto debe servirnos para aprender y estar mejor la semana que viene", afirmó tras el partido Cacheda.

A los rojinegros les tocó en esta ocasión ir a remolque de su rival. El Sant Martí tenía un plan de partido muy claro y tardó poco en mostrarlo. Con el 6-6 en el marcador llegó su primer golpe, con un parcial de 4-0 aprovechando una exclusión y con un Disiclín que pasó siete minutos sin anotar. Los problemas de los lalinenses para encontrar portería contrastaban con la facilidad de los catalanes que encontraron en Francesc, en Eduardo Calle y, especialmente, en Gonzalo Romero, la calidad y la fuerza individual para abrir y encontrar huecos en el centro de la defensa visitante. La primera parte terminó con ventajas que se movieron sobre los cinco goles, llegando a alcanzar los seis como máxima renta. Al descanso, el marcador mostraba un 18-14 que mostraba un Disiclín por debajo de su nivel habitual.

Los de Cacheda sin embargo cambiaron la dinámica en la segunda parte. Un buen arranque les permitió ir recortando diferencias hasta ponerse a un gol 22-21 cuando todavía quedaban veinte minutos por jugar. En ese momento llegó la innecesaria exclusión de Jorge en un lanzamiento lateral. Con uno más el Sant Martí volvió a abrir brecha de tres goles, que fue ampliando hasta los cinco (31-26). Los fallos en los lanzamientos y la buena actuación de Esparza dejaron a los rojinegros al borde del abismo. El Disiclín sin embargo no se rindió y en los últimos cuatro minutos logró colocarse a dos (31-29) para meter en miedo en el cuerpo a un rival que supo aguantar.

"Remamos para morir en la orilla", lamentó Cacheda tras el partido. "No salimos como exigía el partido de inicio pero mejoramos en la segunda parte. Perdimos en acciones puntuales y exclusiones tontas. Todos pudimos hacer las cosas mejor. Es algo que nos deja un sabor agridulce y de lo que debemos aprender".

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