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triatlón

Un Ironman a las puertas de casa

Cristóbal Dios hace un entreno de vértigo coincidiendo con el que sería su debut en Lanzarote

Cristóbal Dios, posa con su bicicleta, en una imagen de archivo. // Bernabé

Cristóbal Dios tenía apuntado en su plan de trabajo varias tiradas largas para calibrar sus ritmos y resistencia y con esa idea salió de su casa de A Estrada con su bicicleta el pasado jueves. Las limitaciones geográficas para entrenar a lo largo de las últimas semanas lo han llevado a crearse un circuito propio por las carreteras del municipio estradense y se lanzó una vez más a por él. Dios completó, con seis vueltas al mismo recorrido, 175 kilómetros por las carreteras estradenses. Ese mismo día por la tarde, el triatleta decidía completar su entrenamiento de la jornada con una doble sesión, esta vez con natación. Dios se desplazó hasta el embalse de Pontillón, en Verducido, donde nadó 3.300 metros.

Había sido un buen entreno, superando incluso lo marcado en su planificación. Ayer sin embargo tocaba algo un poco más suave para recuperar pero pronto cambió de idea. Las buenas sensaciones a pesar de la resaca del día anterior lo llevaron a meterse en el recorrido de la Ruta del Salmón, un trazado preparado para recorrer en BTT y que él terminó corriendo. Finalmente fueron un poco más de cuarenta kilómetros de trail running por el municipio estradense, con 677 metros de desnivel acumulado a lo largo de tres horas y ocho minutos a un ritmo medio de 4'22" el kilómetro.

El entrenamiento se quedó muy cerca de completar un Ironman. En la natación le faltaron 1.000 metros, en la bicicleta, cinco kilómetros y en la carrera a pie, dos kilómetros. Curiosamente, esta exhibición del estradense coincide justo la misma semana en la que tenía marcado desde hace meses su debut en un Ironman. Debía ser en Lanzarote, una prueba suspendida finalmente por la crisis del coronavirus. "Quería hacer algún entreno largo pero se me fue un poco de las manos. Sé que lo que hice es un golpe muy fuerte para el cuerpo que no se debe hacer pero me apetecía y la verdad es que no me encuentro tan mal después de hacerlo", manifestó el triatleta.

En estos días de confinamiento Dios ha tenido que ingeniárselas de diversas maneras para poder mantener su exigente entrenamiento diario. Subido al rodillo durante horas, corriendo por la finca de su casa familiar o dentro de un pozo de agua, el estradense no ha frenado su preparación y su intención sigue siendo debutar esta temporada en un Ironman, siempre que la crisis sanitaria lo permita. Su nuevo objetivo será el Ironman de Embrunman, en Francia, a mediados del mes de agosto.

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