El estado de alarma ya prolongado en dos ocasiones ha descompuesto al automovilismo gallego y la federación apuesta por elaborar un nuevo calendario. Disputado el Rallye de A Coruña, el autonómico confía en que la situación vaya a mejor para que los motores vuelvan a rugir en las carreteras gallegas. El Rali do Cocido y el de Noia son las dos únicas pruebas pospuestas hasta el momento, con el mítico Rías Baixas peligrando tras ser ubicado en mayo.

Todo el mundo en el motor galaico está convencido de que será prácticamente imposible satisfacer a los implicados con este cambio de planes, a pesar de que desde la Federación Gallega de Automovilismo se insiste en atender las cuitas de escuderías y pilotos. Cabe recordar que el organismo que preside Iván Corral apostó en un primer momento por celebrar el Rali do Cocido en diciembre. Sin embargo, en declaraciones a FARO DE VIGO, el presidente de la Escudería Lalín-Deza, Antonio Rodríguez Troitiño, se mostró reticente a celebrar la emblemática prueba dezana a finales de año.

Por su parte, la Escudería Berberecho baraja un par de fechas alternas para su cita de Noia, aunque para ello se debería de cambiar el emplazamiento de otros rallyes en el nuevo calendario. Suena el mes de agosto como posible alternativa, una época estival donde también tendría lugar el Rallye do Botafumeiro. Con el Cocido y Noia todavía sin solución de continuidad, el problema que tiene en este momento el automovilismo gallego es que el Rías Baixas se sume a la lista de aplazamientos.

Por si esto fuera poco, la federación y las escuderías también tienen el inconveniente añadido de evitar la coincidencia con las carreras regionales calendadas en el CERA y el CERT, que ya cuentan con varios aplazamientos anunciados por la alerta sanitaria estatal. Todos ellos inciden de forma directa en la celebración del campeonato autonómico gallego, así como en las diferentes copas que se disputan en una temporada que se presume atractiva.