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fútbol - Tercera División

"Espero que cambie mi suerte"

El joven centrocampista del Estradense Pablo Porrúa aguarda pasar página después de que dos lesiones marcasen sus dos primeras temporadas en Tercera División

Pablo Porrúa, ayer, en el Estadio Municipal de A Estrada. // Bernabé/J. Carlos Asorey

La suya fue una de las noticias más dolorosas en la temporada del Estradense. Corría la tercera jornada cuando el joven centrocampista de Bertamiráns tenía que abandonar al campo de A Lomba llevado por dos compañeros. En ese momento se cortaba el gran comienzo de temporada de un jugador que parecía haber encontrado en el club rojillo la confianza que le faltó en el Lugo B. El diagnóstico, una rotura del ligamento lateral interno de su rodilla izquierda. Cuatro meses después de aquel duro momento, Porrúa ha vuelto a jugar. Lo hizo en el tramo final del partido del pasado domingo contra el Arzúa. Es un nuevo comienzo para un hombre que con solo veinte años aspira a dejar atrás las dos lesiones que han marcado sus primeras temporadas en Tercera.

"Todavía estoy un poco falto de ritmo pero es normal después de tanto tiempo. Debo reconocer que pensé que iba a tener un poco más de miedo al pero no fue así", explica. Las previsiones inicialmente hablaban de una baja de entre seis u ocho semanas tras un acción en la que un rival cayó sobre su rodilla desplazándola hacia dentro. Sin embargo, su calvario se extendió durante cuatro meses, casi una vuelta completa. "Ver que estás ahí semana tras semana sin poder jugar es fastidiado. Menos mal que ya pasó todo", afirma. Según explica, su lesión se fue complicando por problemas en la zona de la cicatriz. El centrocampista comenzó sin embargo a ver la luz a finales del mes de diciembre. "Las dos semanas de Navidad estuve entrenando como un loco. Mi objetivo era estar listo para después del parón y así fue", recuerda.

Esta lesión cuando comenzaba a tener sus mejores sensaciones sobre el campo no es nueva para un jugador formado en la cantera del Deportivo. El año pasado, en su primera temporada como sénior, tuvo que pelear para tener una oportunidad en el once del Lugo. Esta llegó finalmente, y la aprovechó ganándose poco a poco la confianza del técnico. En su mejor momento sin embargo sufrió una rotura de fibras que lo tuvo más de un mes de baja. "Han sido dos años con lesiones. Espero que cambie mi suerte de una vez", afirma.

Porrúa se marca ahora como gran objetivo recuperar su mejor nivel físico y poder ayudar al equipo durante la segunda vuelta de la competición. Reconoce sin embargo que no será fácil volver a ganarse el sitio, ya que los refuerzos han puesto todavía más complicada la titularidad en las zonas del campo en las que se desenvuelve. "Cuando vine al Estradense sabía que iba a tener competencia y así es. Tenemos un equipo muy bonito, en el que puede entrar uno u otro y no se nota la diferencia. Lo malo para mí es que ahora mismo hay gente con más ritmo que yo, así que tengo que ponerme a su nivel", explica. "Hacer un once con un equipo así es un rompecabezas para el entrenador. Es bueno sin embargo que haya variedad. Brais Calvo, Ube, Iván... Cada uno tiene sus características", añade en el mismo sentido un hombre que reconoce que la posición en la que más cómodo se siente a pesar de su polivalencia es en la media punta escorado hacia la derecha.

El jugador puso una nota muy positiva a la media temporada realizada por el Estradense, con una cómoda posición en el ecuador que deben refrendar en la segunda vuelta. "Para un equipo recién ascendido como el nuestro es un gran comienzo. Creo que incluso hubo partidos en los que merecimos más. En la segunda vuelta, y ya con más experiencia, podemos ir a más", afirma un hombre contento en el club. "Los compañeros, entrenadores, directiva, afición... Todos me han tratado muy bien. Me da la sensación de que llevo aquí diez años".

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