- ¿Qué tal se encuentra en su primer año completo como entrenador en la Primera Estatal?

- ¿Hasta dónde le gustaría llegar al frente de los banquillos?

- Siempre he dicho que mi vida como entrenador no la afronto como cuando era jugador. La afronto desde la tranquilidad porque lo que me gusta es estar vinculado que tanto me dio y que tanto me gusta y me hace feliz. No me pongo ni metas ni opciones ni tampoco retos de cara al futuro.

- ¿Se ve mucho tiempo más en el club donde empezó a jugar?

- Lo cierto es que aquí estoy muy contento tanto con el primera equipo como también con mi trabajo con la base. Puedo compaginar ambos trabajos porque evidentemente el nivel competitivo de la primera plantilla es mucho más alto y que me recuerda un poco a lo que yo hacía como jugador. Con eso soy feliz y no pienso en más allá. Si luego llegan otros retos habrá que pensar si los que quiero afrontar o no, pero no es lo mismo el Pablo Cacheda entrenador que el Pablo Cacheda jugador que tenía claro que quería llegar lo más arriba posible dentro del balonmano de la máxima exigencia.