Martín ha sido siempre Martín, aunque este año busque un nuevo nombre. La llegada desde el Arenteiro de otro Martín lo han convertido en Martín Vilar en las alineaciones o incluso en Tucho, nombre con el que lo conocen muchos amigos y aficionados del Estradense. Tenga el nombre que tenga, Martín será siempre el mismo niño que con 17 años debutó con el Estradense en la Baiuca ante la mirada de Vicente del Bosque. Diez temporadas después de aquel emocionante debut, el bravo lateral sigue defendiendo la camiseta del Estradense. Su fútbol de sentimiento entronca a la perfección con una grada que puede sentirse segura de una cosa, para Martín, el corazón no se negocia.
Quizás por esa agradable sensación resulta gratificante ver al jugador de Aguións marcar el tanto de la victoria en un partido tan importante como el jugado el pasado domingo contra el Polvorín. El lateral venía de firmar un gran partido, poniendo incluso el centro del que salió el primer gol y ganando con creces el complicado duelo con Rayco. Su figura se alargó sin embargo cuando el partido entraba en los últimos minutos y el marcador negaba al Estradense el premio a su buena actuación. El defensa, sumado al ataque con más corazón que cabeza, terminó empujando a la red un rechace del meta visitante tras un remate de Borja. Fue el delirio en una grada rendida a Martín, Tucho y a Martín Vilar.
El jugador estradense restó importancia a su gol, aunque reconoció que, aunque ya lleva dos esta temporada no es habitual verlo marcar. "Lo importante son los tres puntos porque casi se nos escapan", afirmó al tiempo que defendió la temporada que están realizando. "Nos va a costar pero estoy seguro de que nos vamos a salvar. Lo más importante es que somos un grupo unido. Hay pocos equipos como este en Tercera. No somos tan buenos como otros pero nadie tiene tantas ganas. Contra el Compos, contra el Fabril... Competimos en todos los partidos".
El de Aguións considera clave el apoyo que están recibiendo de la afición. "Los jugadores de los equipos que vienen aquí alucinan. Para mí es un orgullo tener esta afición. Incluso en días de lluvia y frío como el domingo, están ahí. Es muy bonito saltar al campo y verlo así", argumentó. "La gente nos está ayudando mucho y a nosotros nos toca hacer un fútbol que les divierta pero también que vean un equipo sacrificado y que pelea".
Tras diez temporadas en el Estradense, el lateral se ve en un buen momento, aunque asume alguna suplencia. "Somos una plantilla de 20 jugadores y todos están enchufados. Si entrenas una semana mal habrá otro que lo hizo mejor. Cuando juegas, es porque lo mereces".