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bádminton - Nacional

El retorno del César

Pablo Sanmartín, el jugador más laureado del bádminton estradense, regresa a la competición tres años después de abandonar las pistas

Sanmartín jugará esta temporada en las filas del Ravachol de Pontevedra.

Pablo Sanmartín vivió ayer un momento especial. A sus 23 años y después de tres temporadas sin jugar, el estradense volvió a disputar un entrenamiento de bádminton. Lejos quedan ya aquellas maratonianas sesiones de siete horas en el Centro de Alto Rendimiento Blume de Madrid junto a los mejores jugadores de España. El Sanmartín que ayer se puso a las órdenes de su amigo Jesús Pereiro en el Ravachol de Pontevedra tiene ya poco que ver con aquel chaval que durante muchos años vivió por y para el bádminton. "Solo espero ser capaz de tomármelo con calma", admite un hombre acostumbrado a pelear por ser el mejor.

A pesar de sus tres años de retiro, Pablo Sanmartín es el jugador más laureado del bádminton estradense. Sus catorce medallas nacionales en diferentes categorías, su medalla en el Europeo Júnior con España y su participación en un Campeonato de Europa Absoluto suponen una marca que ningún otro jugador gallego ha conseguido alcanzar. El estradense no lo tuvo sin embargo fácil, ya que durante su etapa formativa sufrió una grave lesión de rodilla que lo tuvo alejado de las pistas durante casi un año y que condicionó en parte su evolución. A pesar de eso logró colocarse entre las principales promesas de España, pasando tres años en el CAR de Madrid.

Todo cambió sin embargo hace tres años, cuando decidió retirarse del bádminton. "Uno de los motivos para dejarlo fueron los estudios. En el CAR entrenábamos siete horas todos los días y no podías ir muchas veces a clase. Allí saqué el bachillerato y en dos años hice primero de Física estudiando por mi cuenta. No fue fácil". Tras dejar el centro, terminó sus estudios en Santiago. Otro de los motivos fue su estado físico. "La rodilla me molestaba pero además me empezó a doler la cadera y me dijeron que a lo mejor tenía que pasar por el quirófano", explica. "A esas altura ya sabía que no iba a vivir de esto, así que decidí dejarlo".

A partir de ahí, Sanmartín se desligó por completo del bádminton, jugando solo partidos muy esporádicos con amigos. Admite que no le entristeció un reseteo que incluso le ha venido bien a nivel mental.

Cuando todo parecía apuntar a que Sanmartín saldría para siempre del mundo del bádminton llegó una noticia inesperada. El Ravachol de Pontevedra, donde juegan ahora muchos de los jugadores del Bádminton A Estrada, anunciaba su incorporación para la próxima temporada. La presencia del técnico Jesús Pereiro y de compañeros como Manu Brea o Álex Nogueira ha sido clave en esta decisión. Su objetivo será "echar una mano al equipo y, si veo que estoy bien, disputar algún máster", afirma. Sanmartín apunta sin embargo su intención de tomárselo como "un hobby". "Estoy nervioso y con ganas pero no me meto ningún presión", afirma.

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