Manuti, Vicente, Fafú, Peiteado y Silva eran hace nueve años el presente y el futuro de un Estradense hecho con un objetivo claro, el ascenso. Era el primer año de Juan Manuel Afonso como presidente con plenos poderes desde el inicio y el empresario y su directiva no escatimaron en gastos. La apuesta comenzó por el banquillo, con la contratación de un viejo conocido, Javier Oreiro, al que convencieron para que regresase a los banquillos con la promesa de una plantilla con sabor a Tercera. A la buena base que conformaban los jugadores de A Estrada criados y consolidados a la sombra de Suso Moure se unieron jugadores de renombre como Nando, Marc Vidal, Julián, Guti o Amoedo, a los que se unía un factor emocional especial, el regreso del histórico Pepe Rico en el tramo final de su carrera. Ese equipo terminaría logrando el objetivo del ascenso, aunque con muchos más apuros de los esperados y con Ramiro Sorbet en el banquillo.

El deseado ascenso -el Estradense había terminado su única aventura en Tercera diez años atrás- llegó tras una temporada convulsa. La presión puesta sobre ese gran equipo terminó llevándose por delante a Oreiro mediada la temporada, con Sorbet como relevo inesperado. El equipo parecía estar fuera de la pelea por las dos primeras posiciones pero, liberados de cualquier presión, firmaron un tramo final de temporada impecable para llegar a la última jornada con opciones pero sin depender de sí mismos. Los rojillos ascendieron finalmente con su victoria ante el Cruceiro y la derrota del Choco ante el Arosa.

Nueve años después de aquel bonito recuerdo, el Estradense peleará en las próximas cuatro jornadas por subir la misma escalera. Su situación es mucho mejor que la de su último ascenso, tanto que el próximo domingo podrían asegurar ya un puesto en Tercera de manera matemática. En el equipo de Alberto Mariano destacan cinco veteranos, cinco jugadores que hace nueve años formaban parte del Estradense de Sorbet y que ya conocen el camino hacia Tercera. Manuti, Silva, Fafú, Vicente y Peiteado destacan las diferencias entre ambos proyectos y temporadas pero confían en que, a pesar de seguir caminos diferentes, el final sea el mismo.

"Aquel año teníamos un equipazo y éramos el gran favorito pero terminamos logrando el ascenso en la última jornada y casi en el último minuto", recuerda Diego Silva. "Todo se torciera durante la temporada y estábamos casi descartados pero mejoramos cuando nos liberamos de presión y lo terminamos logrando". "Este año todo es diferente. Está siendo mucho más tranquilo. Llegamos a las últimas cuatro jornadas dependiendo de nosotros. Queda sin embargo lo más difícil. Como se dice en el tenis, cerrar el partido. Esperemos poder hacerlo ya el domingo. Lo bueno es que la presión es para ellos porque solo les vale la victoria. Ni siquiera el empate", afirmó.

El capitán Manuti recordó las emociones vividas en la última jornada del último ascenso. "Fue como jugar ocho partidos juntos. No dependíamos de nosotros y estábamos pendientes del otro partido. Cuando nos dimos cuenta perdíamos 1-0. No sé ni cómo remontamos. Recuerdo que salió Unai y metió el empate. Fue una locura y un ascenso inesperado y con muchas emociones. Ni siquiera teníamos nada preparado para celebrarlo", recuerda. "Era un equipo hecho para ascender, casi profesional, con cinco entrenamientos a la semana, pero los resultados no acompañaron y vino Ramiro en vez de Oreiro. Él tuvo el mérito de liberar al equipo a nivel mental y de presión y nos mandó jugar al fútbol, aunque detrás había un gran trabajo físico con Oreiro". Para Manuti esta temporada es diferente. "Este año estamos siendo mejores y más regulares. No hubo altibajos", afirmó antes del partido clave. "A ellos les queda una bala y van a intentar intimidarnos. Tenemos que ser tan intensos como ellos pero sin volvernos locos", afirmó.

Otro de los capitanes del equipo, Vicente, reconoce que todo lo que sea no perder en Barbadás sería dar "un golpe" al rival directo. "Ahora mismo las sensaciones del equipo son muy positvas y la dinámica de resultados es buena. Tenemos que aprovecharnos porque si puntuamos sería definitivo". El centrocampista guarda "buenos recuerdos" de su último ascenso, aunque destacó la alta exigencia que había sobre aquel equipo que tuvo que convivir con el "cartel de favorito". "Aunque terminamos logrando el objetivo fue un año difícil", manifestó.

"Aquella temporada fuera mucho más dura que esta. El nivel de los equipos era más alto. Teníamos un señor equipo y a pesar de eso el ascenso fue una sorpresa. Eran otros tiempos", afirmó Fafú, convencido de la victoria en Barbadás. "Tal y como está el equipo creo que ganaremos. Fuera de cara estamos compitiendo a más del cien por cien. Sabemos que vamos a la guerra pero ganaremos", afirmó al tiempo que destacó el trabajo de Manuel Blanco en la preparación física.

Peiteado por último considera que deben jugar con la presión del rival. "A ellos solo les vale ganar. Podemos hacerles daño con eso si se van poniendo nerviosos". El central recordó el ascenso como un año complicado marcado incluso por situaciones extradeportivas, algo que contrasta con "tranquilidad" que viven esta temporada.