El Lalinense visita mañana a un equipo que ha superado todas las expectativas posibles esta temporada. El conjunto del Arena se mide a un Construcciones Castro Lavadores en busca de 2 puntos esenciales y después que los del arrabal vigués sorprendieran a propios y extraños proclamándose campeones de liga a falta de cuatro jornadas para el final, asegurándose así su presencia en la próxima fase de ascenso. Porque lo del Lavadores se puede calificar como un auténtico milagro dentro del actual panorama depauperado del balonmano nacional. En verano de 2016 la sociedad se tambaleaba. No había chicas suficientes para completar la plantilla sénior. Y el equipo masculino se sabía el peor de Primera. "Fue en ese momento cuando el club pegó un cambio a nivel deportivo y de estructura", relata Sergio Carballeira, cuya contratación como director deportivo y entrenador del masculino impulsó el giro copernicano. Carballeira enrolaría para el femenino a Anxo Otero dentro de un reclutamiento más amplio. Confiesa: "No esperábamos conseguir los éxitos tan pronto".

La llegada de Construcciones Castro, patrocinador transhumante (Chapela, Porriño, Octavio), disparó la ambición masculina. "Nos marcó un objetivo muy claro, jugar la fase de ascenso e intentar subir", confirma el director deportivo. Los de Lalín tendrán enfrente mañana a un equipo que cree en lo que hace a todos los niveles. De hecho, en el seno del conjunto rojinegro no ocultan su esperanza de que los de Vigo salten a su pista más relajados de lo habitual para poder ganar y esperar que el Calvo Xiria pinche en su visita a tierras carballonas.

Referente

El título liguero es honorífico. Lo sustancial sería el ascenso, que exige triunfar en complicadas fases. En todo caso, el destino está fijado: instalar al Lavadores como referencia del balonmano vigués. "La evolución del club en 2016 nació un poco por ese afán. El Octavio estaba en decadencia, con dos descensos consecutivos y mucha deuda. El Seis do Nadal tenía problemas", explica Carballeira. "No nos propusimos sólo ascender a los sénior. La base nutre al primer equipo, que es a su vez el espejo en el que se miran los niños. La directiva se marcó cubrir ese vacío que había en Vigo. Necesitamos el respaldo de las administraciones, que el Ayuntamiento crea en nosotros. Nos hemos mojado con las chicas y con los chicos. Creo que es un trabajo por el que merece la pena apostar". Se trata de una filosofía muy similar a la que hace años lleva poniendo en práctica el Balonmán Lalín.