Una temporada. Eso es lo que ha durado el sueño del Agolada en Preferente Autonómica. El equipo dezano debutó este año en la categoría después de una gran temporada y de un merecido y trabajado ascenso. Esta campaña sin embargo las cosas no han terminado de salir como esperaban, sumando solo veinte puntos en las 33 jornadas que se han disputado. La derrota del pasado domingo ante el Arteixo ha terminado por confirmar algo que parecía ya casi inevitable en las últimas jornadas, el descenso matemático a Primera Autonómica.

Este resultado negativo en Arteixo ha dejado al equipo dirigido por Luis González Pichel a 16 puntos del primer equipo fuera del descenso directo, en estos momentos el Xallas. Por delante quedan solo cinco jornadas por jugarse, por lo que el Agolada podría sumar como mucho quince puntos más, insuficientes para seguir soñando con la permanencia en la categoría.

Los dezanos intentaron pelear hasta el último momento por ese sueño. Dos victorias ante Puebla y Estudiantil a comienzos de año despertaron las ilusiones del equipo de Pichel pero desde ese último triunfo en A Estrada el 10 de febrero no han sido capaces de lograr otro. De los últimos ocho partidos solo han sacado dos puntos, un pobre balance de resultados que les ha impedido llegar a las últimas jornadas con la posibilidad de pelear, al menos, por salir del descenso directo.

El Agolada intentará ahora dejar la mejor imagen posible tras una temporada marcada en gran medida por las lesiones y bajas de jugadores llamados a ser importantes. Estas ausencias condicionaron en gran medida a un equipo con una plantilla justa y sin posibilidad de atraer jugadores por medio de desembolsos económicos.

Los dezanos pelearon toda la temporada con lo que tenían, una plantilla hecha con mucha gente de la zona y con un sistema de juego basado en el sacrificio. Esa propuesta sincera no fue sin embargo suficiente para superar un año en el que pagaron además su falta de experiencia ante rivales muchos más curtidos y con mayor pegada.