Pablo Cacheda ya sabe lo que es ganar como entrenador delante de la afición que le vio nacer y crecer como jugador. El técnico del Embutidos Lalinense Balonmán Lalín se mostraba ayer satisfecho con el trabajo de los suyos tras la victoria sobre el Saeplast Cañiza. "La verdad es que el resultado es mucho más abultado que lo fue el partido en realidad", explicó el técnico rojinegro que, sin embargo, manifestó haber visto a su equipo "en líneas generales, bien" delante del cuadro de A Paradanta, que fue de más a menos en el Lalín Arena.

El Lalinense sumó ayer su tercera victoria consecutiva -segundo bajo la batuta del exinternacional- en un partido que siempre tuvo controlado, pero que no definió hasta la llegada de la segunda mitad. Los rojinegros salieron de inicio con un VII diferente al del partido frente al Camariñas en una muestra más de que Cacheda quiere seguir probando a sus efectivos hasta encontrar la fórmula que más le satisfaga. El acierto de los visitantes durante la primera media hora aprovechando que la portería local no conseguía funcionar, hizo que al descanso se llegara con una escasa renta de tres goles para un Lalinense aún así entonado.

"Durante la primera parte la portería no funcionó todo lo bien que queríamos, pero en la segunda parte se entonó mucho más", reconoció el entrenador del Lalinense una vez apagadas las luces del multiusos. Cacheda demostró valentía en la dirección del equipo rotando a Durán, Ivi y Iago bajo palos hasta conseguir que este último se hiciera con el puesto en el tramo final del choque protagonizando dos intervenciones excelentes cuando el partido agonizaba. La mejoría local durante la reanudación -la defensa se mostró inexpugnable y en ataque la rapidez y la selección de tiro destrozaron al Saeplast- hizo que Cacheda aprovechase para dar minutos a todos sus jugadores mientras las ventajas crecían en el electrónico. La victoria mantiene a los rojinegros quintos en la tabla.