Obradoiro-Silleda y EDM A Estrada iniciaron la temporada en Liga Nacional con el objetivo de clasificarse para la fase de ascenso a Liga EBA y ambos han asegurado su presencia en esa competición con varias jornadas de antelación. El equipo filial lo ha hecho por la vía rápida, con doce victorias en los doce partidos que han jugado. Los estradenses han tenido que sufrir más, pero han asegurado su clasificación de manera matemática con dos jornadas de antelación tras conseguir cuatro victorias en los últimos cinco partidos. Ambos equipos se verán las caras ahora en una fase en la que el equipo de Silleda parte como claro favorito al ascenso, mientras que los de Antón Berges buscarán disfrutar de la fase y vender caros sus partidos.

El Obra-Silleda inició la temporada como el rival a batir dentro del grupo norte pero, a falta de dos jornadas, nadie ha logrado pararlos. Doce triunfos en otros tantos partidos, siendo el equipo más anotador con 984 puntos y el que menos encaja, con 734, muestran el potencial de un equipo joven, pero que cuenta con refuerzos de jugadores foráneos, junto a algunas de las mejores promesas del balonmano autonómico. El filial del Obradoiro iniciará la segunda fase con ventaja sobre sus rivales, ya que las victorias directas se arrastran a esta fase por el ascenso. Eso, unido a la impecable temporada que están realizando, los convierte en los principales favoritos.

Un camino diferente ha seguido un EDM al que le costó asumir los numerosos cambios introducidos el pasado verano. Nuevo entrenador, Antón Berges, y varios refuerzos de "fuera" para un equipo acostumbrado a vivir de la cantera fueron conceptos que hubo que ir asimilando poco a poco. Cuando las dudas parecían alcanzar al proyecto llegó la mejor medicina, las victorias. El triunfo en Tui con un equipo en cuadro fue un momento clave para los rojillos, que vencieron cuatro de los últimos cinco partidos. Tras su triunfo ante el Cambados del pasado sábado, los de Berges aseguraron de manera matemática su presencia en la fase de ascenso, una competición que afrontan sin ningún tipo de presión y con la sensación de haber ido de menos a más para alcanzar nuevas cotas en su juego.