"Esto es como una escuela", explica Mónica Figueiras. Solo unos meses después de hacerse cargo del equipo, la entrenadora solo tiene palabras de elogio para su equipo y para su capacidad de aprendizaje y sacrificio. Atrás quedan dos años de dura travesía por el desierto. Dos años en los que el Atlético Estrada sufrió en la última posición de la Segunda División gallega. Desde aquellos difíciles momentos hasta hoy ha pasado poco tiempo pero el equipo que esta temporada juega en la misma categoría no tiene nada que ver. Las estradenses han pasado de pelear por los primeros puntos de su historia a hacerlo por meterse en la fase de ascenso a Primera División.
Entre un punto y otro, el Atlético Estrada dio con la tecla. En sus dos primeras temporadas a las órdenes de David Castro, las estradenses solo consiguieron un empate y una victoria. El primer año terminó con cero puntos. El segundo, el equipo dio un pequeño paso al frente, terminando con cuatro puntos en su cuenta que se celebraron por todo lo alto. El pasado verano, el Atlético Estrada vivió un punto y aparte. David Castro dejó su cargo a la exjugadora Mónica Figueiras y llegaron varios fichajes llamados a reforzar un bloque que se había ido conjuntando en las dos primeras temporadas.
Los cambios no pudieron salir mejor. Tras su victoria por 0-2 el pasado domingo en el campo del Pontearnelas, las estradenses marchan en la séptima posición con diez puntos. En solo seis partidos han logrado más del doble de puntos que en las dos temporadas anteriores. Este buen arranque ha sido un refuerzo importante para la moral de un equipo necesitado de un momento como este. Esa satisfacción también ha traído una mayor ambición a un bloque que se ha marcado como objetivo meterse en la fase de ascenso a Primera, para lo que deben terminar la temporada regular entre los ocho mejores de su grupo.
Al frente de este resurgido equipo se encuentra una entrenadora novel que da el mérito del buen inicio de temporada a todos los que la rodean. "Yo soy la que doy la cara pero la verdad es que tengo mucha ayuda por detrás y lo más importante es que las jugadoras se dejan ayudar", explicó. Figueiras argumentó que en pretemporada realizaron cambios en la forma de entrenar y se realizó un trabajo muy duro antes de comenzar la temporada. Sin embargo, reconoció la importancia del trabajo realizado por David Castro en las dos primeras temporadas.
"Estoy muy contenta con lo que están haciendo las jugadoras. Son muy cumplidoras y hemos logrado ser un equipo muy competitivo a pesar de que no cambiamos muchas jugadoras. La base del equipo sigue siendo la misma de la temporada pasada. Sin embargo, lo más importante ha sido el compañerismo y la piña que se ha formado", explicó la entrenadora estradense.
