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automovilismo - Rallyes

La infidelidad de Carracedo

Tras dos décadas de consolidada relación con su emblemático Renault 5 GT Turbo el estradense cambia de montura por primera vez para dar el salto a la tierra

El piloto estradense, ayer, con sus dos monturas, su clásico R5 GT Turbo y su nuevo Ya-car. // Bernabé/Cris M.V.

Javier Martínez Carracedo participó los días 28 y 29 de julio en el Rallymix de Piñor pero esta vez no lo hizo a los mandos de su Renault 5 GT Turbo. Por primera vez desde que inició su andadura en el mundo del motor hace casi dos décadas, el estradense le era infiel a su histórica montura y no será la primera vez. Carracedo ha adquirido el Ya-car cross del piloto ourensano Iago Silva para meterse de lleno en el Campeonato Gallego de rallyes de Tierra.

"Me encanta correr en tierra pero el R5 no va bien. Pierdo mucha tracción y en cada carrera lo desarmo vivo. Estaba un poco aburrido, así que decidir poner a la venta el que tengo para competir en Rallymix", explicó el estradense. En ese momento apostó por hacerse con una montura diferente para dar rienda suelta a su pasión por la tierra. "Siempre me hizo ilusión tener un aparato de estos y la verdad es que las sensaciones con increíbles", admitió. Carracedo ya tuvo oportunidad de ver en acción a Iago Silva en la competición de Cuntis, en la que mandaba en la clasificación hasta que un fallo mecánico lo privó de la victoria. Una vez arreglado, el estradense aceptó el reto de ponerse por primera vez a los mandos de un coche que no era un R5.

El piloto reconoce que necesitará kilómetros para conocer este carcross y adaptarse a la diferente forma de conducción. "Es una montura muy diferente a lo que estoy acostumbrado", explicó. "No tiene nada que ver porque aquí vas todo el rato de lado. En la zona de asfalto la dirección está muy dura pero por contra tienes una suspensión que no para de sorprenderte en la carrera. Es muy exigente pero también muy divertido". Una de las diferencias en la conducción del carcross está en la mayor exigencia física. "Cuando coges velocidad parece que te va a aspirar las orejas para atrás", bromeó. "En el primer salto grande que di apreté los dientes esperando la caída pero no noté casi nada. La suspensión es increíble", añadió. "Sin embargo, terminé con los brazos doloridos. Parecía que me dieran una paliza. Voy a tener que ir al gimnasio a hacer algo de brazo", afirmó.

Sin embargo, una de las principales diferencias entre el R5 GT Turbo y el Campeonato Gallego de Rallyes con respecto al Ya-car cross y el Gallego de Tierra está en los costes. "El Ya-car es mucho más económico. Una rueda de este coche cuesta unos cien euros y te dura varias carreras. Una rueda para el R5 está en unos 300 y necesitas seis por rallye. Te acabas gastando unos 2.000 solo en ruedas. Al R5 después de cada rally tengo que arreglarle muchas cosas y cambiar otras. Este sin embargo necesita muchos ajustes pero poco mantenimiento. Eso lo hace más barato, además de que también gastas menos en la gasolina", explicó un piloto siempre condicionado por las exigencias económicas.

La primera experiencia de Carracedo con su nueva montura se saldó con un quinto puesto en la carrera de Piñor. "Todavía tengo que hacer muchos kilómetros para ir adaptándome", explicó un piloto que sin embargo ya logró rodar entre los mejores. "El sábado iba tercero hasta que rompí la rótula. Eso me hizo perder dos minutos. El domingo recuperé y terminé quinto entre los carcross", resumió. La próxima cita para el estradense será en el Rallymix de A Gudiña. "Espero poder pelear arriba", afirmó el siempre ambicioso Carracedo.

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