El Vilatuxe Club de Fútbol logró el pasado domingo un agónico ascenso a Segunda Autonómica. El cara a cara contra el Sporting Lampón por un puesto en la categoría superior terminó decantándose del lado del equipo dezano después de catorce lanzamientos de penalti. Tras el último disparo, muchas miradas se volvieron hacia el hombre que había marcado el penalti decisivo, un hombre que jugada su último partido con el Vilatuxe, equipo al que llegó desde juveniles con 18 años y que deja 19 temporadas después. José Taboada Quintana "Pepe" ha sido durante muchos años el capitán y gran referente del humilde Vilatuxe, un jugador que quedará ligado para siempre a la historia del club.
Pepe formó parte de una histórica generación de jugadores formados en las categorías inferiores del Club Deportivo Lalín. En el Manuel Anxo Cortizo y bajo la supervisión de entrenadores como el asturiano José Manuel Alonso Acevedo salieron de la cantera rojinegra hombres como Marc Vidal, Felipe, Enrique o Manu. Mientras muchos de sus compañeros daban el salto al primer equipo tras su etapa juvenil Pepe aceptó la oferta del Vilatuxe, un modesto del fútbol comarcal que terminó convirtiéndose en su club para toda la vida.
En estas 19 temporadas Pepe nunca ha jugado más arriba de Segunda Autonómica, el tope alcanzado por su equipo, pero en San Lorenzo encontró muchas otras cosas, que para él tuvieron más valor. "Siempre estuve muy a gusto aquí, donde hice grandes amigos y se generó un gran ambiente. Al final, lo que te llevas del fútbol son las amistades. Si las tienes en un sitio, para qué vas a cambiar. Da igual estar en una categoría menor", explicó. En todo este tiempo, Pepe ha tenido varias ofertas sobre la mesa, algunas de categorías superiores. "Siempre dije que no. Solo una vez lo llegué a pensar, porque había una oferta económica por el medio, pero al final decidí quedarme".
En este periodo, Pepe se convirtió en capitán del Vilatuxe, un puesto que ocupa desde hace doce años, y ha vivido ascensos y descensos. "Viví épocas bonitas y otras complicadas pero el trato de la gente conmigo siempre fue perfecto. En la victoria es todo muy fácil pero en la derrota es cuando realmente conoces a la gente", afirmó.
Pepe cuelga las botas reconociendo que ha vivido "el final soñado" con ese penalti que dio el ascenso a Segunda a su equipo. "Todo se acaba y con 37 años es mi momento. Necesito descansar del fútbol", admite el centrocampista, cuya intención el aparcar el deporte temporalmente. "Pasaré las tardes de domingo echando una partida de truco", bromea.
