Touro y Atlético Estrada, dos equipos de la parte baja de la Segunda División gallega femenina, vivieron un tenso duelo en su primer enfrentamiento celebrado hace unos meses en el estadio Manuel Regueiro. Aquel primer duelo terminó con un claro 0-13 a favor de las visitantes, cuya actitud en la victoria no gustó a las estradenses. Hubo discusiones tras el pitido final y también la promesa por parte de las jugadoras del Touro de un duro partido de vuelta en el Municipal de Loxo.

A pesar de ese momento de tensión, ambos entrenadores hablaron para bajar los humos de las jugadoras antes de un duelo que se jugó finalmente el pasado domingo. Tal y como deseaban ambos clubes, fue un partido tranquilo, que el Touro ganaba 9-1 a falta de diez minutos para el pitido final. Una sola chispa fue sin embargo suficiente para terminar con ese idílico escenario. El entrenador del Atlético Estrada, David Castro, decidió en ese momento sacar el campo a su portera, una de las jugadoras que había participado en las discusiones del partido de ida. Ese cambio hizo que una persona con síntomas de embriaguez que se encontraba en la grada comenzase a insultar gravemente a las jugadoras estradenses.

Sus insultos terminaron provocando una reacción del entrenador del equipo de A Estrada quien subió a la grada para pedirle que parase de insultar a sus jugadoras. Tras una discusión entre ambos, el espectador continuó con sus insultos, por lo que las jugadoras del Atlético Estrada decidieron sentarse sobre el terreno de juego y no continuar el partido. Ante ese gesto, el colegiado de la contienda decidió para el partido y, con el visto bueno del equipo estradense, tomó la decisión de suspender el encuentro.

"No podemos permitir algo así", manifestó el entrenador estradense tras el incidente. "No podemos culpar al Touro por lo que pasó. Creo que todo esto es por culpa de una persona que está mal de la cabeza pero no vamos a jugar en esas condiciones", añadió. Castro explicó que desde la grada sus jugadoras tuvieron que oír insultos como "gordas parideiras" o "vacas", entre otros, antes de decidir plantarse. El técnico agradeció incluso la colaboración de aficionados locales, quienes tuvieron que agarrar al espectador en cuestión a la salida del campo para que pudiesen alcanzar su autobús.

El Atlético Estrada está ahora a la espera de la decisión de la Federación Gallega de Fútbol sobre el caso, aunque ya les han adelantado que su gesto de sentarse sobre el campo y no seguir jugando podría acarrearles una sanción por "incomparecencia". A su favor está sin embargo el acta del colegiado, en la que recoge literalmente algunos de los graves insultos, así como los motivos que propiciaron la sentada.