El Estudiantil disfruta de su buen momento. El equipo estradense vive la mejor temporada de su historia, con un segundo puesto que aviva ilusiones difíciles de apagar. Tanto el cuerpo técnico como el plantel mantienen desde el inicio de temporada el mismo discurso de serenidad, un mantra que ha llegado incluso a la siempre efervescente directiva del club. Los estradenses reiteran que su único objetivo siguen siendo los 50 puntos que estiman serán necesarios para asegurar la permanencia. Con 25 en doce jornadas, el equipo de Gelucho ya ha hecho la mitad del trabajo, a partir de ahí, solo queda soñar con alcanzar metas nunca antes imaginadas para un club recién llegado a la categoría.
El buen comienzo de temporada del equipo de San Martiño se justifica principalmente por la aceptación de la propuesta diseñada por Gelucho y por el rápido encaje de unas piezas de calidad, pero que en temporadas anteriores se veían incapaces de conjuntarse. El resultado es un equipo bien armado a nivel defensivo, una seguridad que permite crecer a partir de ahí para terminar explotando y aprovechando algunas de las ocasiones que generen jugadores de calidad como Colón, Brais Calvo o Matelo.
En esa ganada seguridad defensiva ha tenido una importancia capital el modelo de juego impuesto por Gelucho. Los de San Martiño enterraron tácticas más actuales para abrazarse a un esquema con tres centrales y dos carrileros que se ha amoldado como un guante a las características de sus jugadores. Con los versátiles y rápidos Fafú, Alberto y Jacobo por banda y con Brais Vidal y García ejerciendo de ancla en la medular, el equipo fue mostrando una solidez que alcanza su máximo exponente con el gran rendimiento que están ofreciendo Adrián Peiteado, Diego Peña y Pablo Carabán en los tres puestos de central.
De los tres, Peña es el que ejerce de jefe de toda la parcela defensiva del Estudiantil. El jugador formado en la categorías inferiores del Celta y con experiencia en equipos como Bergantiños, Grixoa o Sanxenxo llegó el año pasado al club como parte del paquete de jugadores cedidos por el Compostela. Estaba llamado a ser un hombre clave en una temporada ilusionante pero una rotura de ligamentos en los compases iniciales de la liga lo dejó fuera de juego. Peña regresó en el tramo final para ayudar al equipo a conseguir la permanencia. Esta temporada y a pesar de tener ofertas de Tercera, el central sorprendió a muchos al aceptar la oferta de renovación del Estudiantil, una muestra de agradecimiento tras el apoyo que el club le prestó en su lesión.
Olvidado su calvario y con la rodilla al cien por cien, Peña es el eje sobre el que gira la tripleta de centrales, tanto en labores defensivas como ofensivas. Su calidad con y sin la pelota es clave para que el equipo se sienta cómodo, especialmente sus dos compañeros de zaga. De los dos, Carabán es que cuenta con menos experiencia. El central nacido en Vedra se estrena este año en Preferente. Se incorporó al club de San Martiño el pasado verano procedente del Recesende y, aunque no partía como favorito, ha sabido ganarse un puesto en el once titular. Contundente en la marca y a balón parado, ha ido creciendo partido a partido, aunque todavía reconoce que debe seguir adaptándose a la categoría.
La tercera y última pieza del centro de la zaga es un jugador que ya forma parte de la historia del club. El estradense Adrián Peiteado ha ido escalando categorías con el equipo hasta convertirse en un jugador importante en Preferente. Los años le han ido dando la veteranía para frenar a jugadores más rápidos y el jugar con un central que cubra sus espaldas le permite arriesgarse más en la marca.
Las buenas actuaciones de los tres centrales se complementan además con el apoyo y la seguridad del meta Jose, el menos goleado a estas alturas de toda la Preferente y Tercera gallega. Todos ellos han ayudado a dar al Estudiantil una solidez defensiva de la que careció en temporadas anteriores, especialmente en jugadas a balón parado. Peña, Peiteado y Carabán apuntan sin embargo al trabajo constante y meticuloso de Gelucho en el aspecto defensivo como una de las claves de esa seguridad.
