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FIFA

Joseph, un emigrante retornado que lucha por jugar al fútbol

Lleva meses de pelea con la FIFA para poder jugar con el equipo cadete de la Escola de Fútbol Lalín

Joseph Daszka en el estadio Manuel Anxo Cortizo. // Bernabé/Javier Lalín

Joseph Daszkal y su familia viven en Donramiro, a solo unos metros del estadio Manuel Anxo Cortizo. Allí, donde nació su madre, arranca una nueva vida para una familia que hace unos meses decidía regresar de Venezuela a Galicia. Su historia es la de muchos otros. Los padres de Celsa tuvieron que emigrar a Sudamérica para labrarse un presente y un futuro. Celsa creció en Venezuela y creó su propia familia, con dos hijos. Agotado su tiempo en el país sudamericano, la familia decidió volver a la comarca dezana para iniciar una nueva etapa. En su salto de regreso, aguardaban los habituales problemas burocráticos pero lo que no se imaginaban es que la afición de su hijo por jugar al fútbol iba a llevar a la FIFA a cruzarse en su camino.

A sus quince años, Joseph posee una larga experiencia en las categorías base del fútbol venezolano. Jugó en el equipo de su colegio y también en el Estudiantes de Caracas. En sus diferentes etapas llegó incluso a jugar torneos en Argentina y Orlando (Estados Unidos). Tras la mudanza de su familia a la capital dezano, Joseph buscó acomodo en la Escola de Fútbol Lalín. Era la mejor opción para él, ya que el campo de entrenamientos está enfrente de su casa. La EF Lalín le abrió las puertas de su equipo cadete de la Liga Gallega, viendo en él habilidoso mediapunta un gran refuerzo para pelear por la permanencia.

La sorpresa y los problemas llegaron sin embargo a la hora de intentar tramitar su ficha. Por imposiciones normativas de la FIFA, el club no puede realizar la tramitación de su licencia federativa para poder jugar partidos oficiales. Para ello es necesario superar la pertinente inspección de su expediente por parte de la FIFA, un procedimiento con el cual el organismo internacional quiere luchar contra el "fichaje" de jugadores menores de edad por parte de las canteras europeas. Meses después de iniciar los trámites y de aportar la numerosa documentación requerida por la FIFA, Joseph sigue sin licencia y sin ningún tipo de plazo estimado sobre cuando se resolverá su caso. Desde la EF Lalín lamentaron el proceder de la FIFA, "que no diferencia escuelas de fútbol o clubes de base de los equipos de categorías inferiores, de los grandes clubes nacionales, europeos y mundiales".

Joseph y su familia agradecían ayer todo lo que está haciendo por ellos la Escola de Fútbol Lalín y su coordinador, Javi López. "Es difícil estar así porque me gusta mucho el fútbol. Yo lo único que quiero es jugar. Al menos puedo entrenar", explica el joven jugador hispano-venezolano. "La escuela está haciendo todo lo posible por solucionarlo, así que me toca esperar. Llevo jugando al fútbol desde los tres o cuatro años y creo que nunca estuve tanto tiempo sin jugar partidos", reconoce Joseph. Su madre por su parte reconoció que la impaciencia por jugar va más allá de lo que deja ver. "Todos los días pregunta pero no podemos hacer más", reconoce al tiempo que reconoce su sorpresa por la situación en la que se encuentran a pesar de que su hijo posee DNI y nacionalidad española. "Todo lo que nos fueron pidiendo se lo dimos. Ahora todo depende de la FIFA y de la federación de Venezuela", afirma frustrada.

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