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fútbol - Preferente Autonómica Sur

El primero entre quinientos

Plácido Vicente tiene desde hace años el carné número uno del Estradense tras ser socio desde sus inicios

Plácido Vicente posa en el Bar Paradero, el establecimiento que fundó en los años 50. // Bernabé/Ana Bazal

La vida de Plácido Vicente ha estado muy ligada a la del establecimiento que fundó a mediados de la década de los cincuenta junto a su mujer en la zona de los vinos. El Bar Paradero se convirtió en un punto de encuentro para muchos estradenses desde mediados de siglo, en gran medida gracias al que fue uno de sus grandes reclamos, la televisión. Durante años, Vicente y su mujer estuvieron emigrados en Cuba, donde se dedicó al negocio del hielo. Allí conocieron las posibilidades de un invento que en esos años comenzaba a llegar a A Estrada y pronto fueron muchos los que se acercaban al Paradero para poder ver la televisión.

Mientras Vicente y su familia daban sus primeros pasos en el Bar Paradero, la villa se movilizaba para intentar conseguir que el equipo el pueblo, el Club Deportivo Estradense, pudiese tener su propio estadio de fútbol en la zona de A Baiuca. Vicente, que desde el principio tuvo entre sus clientes habituales a un gran número de jugadores del Estradense, no dudó en echar una mano dentro de la conocida como "Operación Bloque". "Se organizaban cada día partidas de chinchimonei y el que perdía tenía que dejar un dinero para ayudar a comprar bloques para cerrar el campo", recuerda orgulloso Vicente.

El propietario del Bar Paradero no recuerda con exactitud cuándo se hizo socio del Club Deportivo Estradense. "Desde el principio", reconoce sin darle más importancia a los más de cincuenta años que lo separan aquellos primeros años del Estradense dentro del Campeonato Comarcal de las Rías Bajas. Vicente une los recuerdos de aquellos primeros años a la de los amigos con los que compartía el tiempo en el Paradero. Gente como los hermanos Varela convirtieron su establecimiento en un lugar en el Estradense tenía un espacio preferencial.

Estradense y Paradero se funden en su memoria mientras recuerda cuando de broma sirvió un gato de comida a varios jugadores y aficionados del Estradense diciendo que era liebre. "Se lo comieron todo y dijeron que estaba muy rico. Yo solo comí las patatas", rememora con una sonrisa. Otro de esos puntos en común fue el Atlético Paradero, un equipo que se juntó para disputar un partido amistoso en Carnaval en el que jugaba él con varios amigos y jugadores del Estradense. La fotografía de ese partido adorna desde hace décadas el Bar Paradero.

Vicente por su parte reconoce que aguardaba con ilusión cada domingo por la tarde, cuando tocaba cerrar el bar y acudir a ver el partido a A Baiuca. También rememora algunos viajes con el equipo en autobús, en especial uno en el que sufrieron con el calor que hacía en Boiro. Más de medio siglo después de aquella época, Vicente ya no pisa el desaparecido estadio de A Baiuca ni conoce el nuevo estadio creado en Figueiroa. A sus 95 años pasea lejos del ajetreo de antaño. A pesar de esa distancia hay algo innegociable para el fundador del Bar Paradero, su carné de socio, aquel en el que figura un número uno que alcanzó hace unos años. Para Vicente, el hecho de no estar presente no es un impedimento para continuar apoyando al que es su equipo de toda la vida, una característica que comparte con muchos de los nombres que pueblan las primeras posiciones de una lista que este año alcanza los quinientos aficionados.

La directiva del Estradense no necesita mirar el listado de socios para saber quién ocupa cada año la primera posición. Quizás por ello lleva tiempo barajando tener un detalle con un hombre que, bien a pie de campo o desde la barra del Bar Paradero, siempre ha llevado al Club Deportivo Estradense en su corazón.

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