El Embutidos Lalinense completó ayer su semana perfecta con tres victorias en ocho días que le permiten mantenerse en las primeras posiciones. El calendario fue benévolo para los rojinegros en esta semana atípica y les regaló para el tercer y último combate el rival más cómodo de los tres. El Granitos Ibéricos Carballal llegaba al Lalín Arena rodeado de incógnitas por una última posición en la tabla que sorprendía. Para este partido además contaron con un inesperado refuerzo de última hora, el exjugador del Octavio Cerillo.

El temor de los rojinegros quedó sin embargo en el olvido muy pronto. En pocos minutos quedó claro que los de Milucho tenían una marcha más que su rival. A los doce minutos, los locales ya ganaban por un claro 12-4, lo que llevó el partido a otra fase totalmente diferente. Los rojinegros se centraron a partir de ahí en dosificar esfuerzos pero al mismo tiempo en no bajar el ritmo ante un rival que invitaba a ello. Milucho decidió repartir muchos minutos y el equipo no permitió en ningún momento que el Carballal se acercase en el marcador. Durante la segunda parte las distancias se movieron siempre por encima de los diez puntos, lo que les regaló un cómodo final de partido.

Tras el pitido final, Milucho reconoció que esperaba que el Carballal le pusiese las cosas más complicadas. "No fue tan complicado como pensábamos. Abrimos pronto una brecha y eso nos permitió repartir minutos entre todos los jugadores. Fue un buen fin de semana", explicó. El técnico del Embutidos Lalinense se mostró satisfecho por los resultados en este tramo de la temporada en el que la acumulación de partidos pone las cosas complicadas, al sacar al jugador y al grupo de su rutina habitual. "El viernes fue complicado entrenar porque costó concentrarse en el tercer partido en la misma semana", manifestó. Milucho ya piensa ahora en la próxima jornada, en la que se medirán al Rasoeiro.