Es junto a Tate uno de los fichajes estrella de la temporada en el Embutidos Lalinense Balonmán Lalín. Ramón Gil Mayán regresó al Arena con la misión de prolongar su buena actuación en las filas del Cisne pontevedrés, y aportar actitud en el extremo derecho. Ramón está cumpliendo con creces el cometido que le asigna Milucho.

- ¿Lleva la cuenta de los goles conseguidos en estas dos primeras jornadas del campeonato?

- La verdad es que no exactamente. Creo que son unos doce, pero ya te digo que no estoy seguro de la cifra exacta. Supongo que es en la federación donde tienen un seguimiento de ese tipo de cosas.

- ¿Cómo está viendo al equipo en estas dos primeras jornadas?

- Sinceramente, bien. Hay que decir que estamos trabajando todos muy bien porque en este tramo de la liga lo importante es adaptarnos a los que nos pide el nuevo entrenador. Hay que tener paciencia porque todos sabemos que ese proceso tiene que ir a su debido ritmo. No es cuestión de ponerse nerviosos porque todavía queda mucha competición por delante.

- ¿Piensa que la derrota sufrida en O Rosal puede pasar algún tipo de factura al equipo, a pesar de llevar sólo dos fechas de torneo?

- Es que todavía es muy pronto para sacar ninguna conclusión sobre el equipo y su potencial. Nosotros sabemos que no vamos a ganar todos los partidos, por eso lo del otro día ante el Novás no tiene por qué suponer nada del otro mundo. También tengo que decir que mejor perder en O Rosal a estas alturas del campeonato que no al final, cuando puedes estar jugándote mucho más. Yo creo que en eso estamos todos de acuerdo.

- ¿Quién se aclimatará antes? ¿Los jugadores a Milucho o el entrenador a sus pupilos?

- Yo creo que todos debemos poner de nuestra parte para que el equipo funcione como queremos lo antes posible. Como te decía, nosotros nos estamos haciendo aún con las consignas y la filosofía que Milucho pretende inculcarnos. Pero también a él hay que darle un tiempo para que se acople a la filosofía del Balonmán Lalín.

- ¿A qué se refiere?

- Me refiero a que tanto él como nosotros sabemos que en Lalín siempre se jugó a un ritmo muy alto y se salió de toda la vida a correr mucho. Eso es algo que Milucho lo conoce perfectamente y creo que también se está adaptando a todo eso. Sinceramente, pienso que más pronto que tarde las piezas acabarán encajando y el equipo jugará como todos queremos.