La expulsión de Carlos Blanco y David Saborido del gimnasio compostelano ha dejado a los dos reconocidos culturistas en una complicada situación. Según explican, existen máquinas que pueden utilizar en otros muchos centros, pero hay algunas que solo se podían encontrar en el gimnasio al que iban, especialmente aquellas relacionadas con el trabajo de piernas. "Encontrar un gimnasio tan completo como ese aquí, es imposible. Pocos tienen las máquinas tan robustas y fuertes que necesitamos", explicó Blanco.

Sus opciones pasan ahora por dividir su trabajo. Aquel que puedan realizar en centros de la zona o incluso en el gimnasio que tiene el propio Blanco en su tienda no modificará mucho su rutina. Hay sin embargo otros ejercicios en los que tendrán que realizar una mudanza forzada a un gimnasio de la zona de Vilagarcía. "Es una pena porque después de tanto años ya teníamos nuestra rutina y estábamos acostumbrados a esas máquinas. La verdad es que nos encontrábamos cómodos allí", añadió el lalinense.