Ver a Javier Martínez Carracedo entre los mejores de una prueba del Campeonato Gallego de Rallyes con su Renault 5 GT Turbo ha dejado de ser una sorpresa. El estradense exprime cada año su vieja montura para superar a rivales con coches muy por encima del suyo. Su simbiosis con su Renault y su hambre en cada tramo que disputa explica un quinto puesto en la general del Cocido que aumenta un poco más su legado en el automovilismo gallego. En esta ocasión, como tantas otras veces, Carracedo tuvo que sufrir para terminar en esa posición. Fue un rallye muy movido. Primero por una avería en la caja de cambios el jueves por la noche que obligó al equipo a trabajar hasta las 7 de la mañana. El sábado sufrieron una penalización y un trompo. A partir de ahí fue una carrera al sprint, luchando con Mitsubishis, R2 y S2000 para recuperar posiciones. Cabe destacar que Carracedo estrenaba copiloto en este rallye, el forcaricense José Murado, con quien se entendió rápido.