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Automovilismo - Rali do Cocido

El rallye de la reconciliación

Los locales Óscar Reboredo y su padre Manuel debutan juntos tras años sin hablarse

Manuel Reboredo y su hijo Óscar en el Citroën Saxo con el competirán en el Rali do Cocido. // J. Malvido

Óscar Reboredo es un lalinense que tiene 26 años, trabaja de chapista, y es un auténtico enamorado del automovilismo. Su padre, Manuel, también de Lalín, tiene 56 años, y es conductor de autobús en la empresa Meijide. Ambos debutan este fin de semana en el Rali do Cocido al volante de un Citroën Saxo VTS 16V con el que esperan hacer un buen papel. "Estuvimos muchos años sin hablarnos, aunque vivíamos juntos, pero el año pasado mostré interés por los rallyes y eso fue lo que nos terminó por reconciliar", manifestó ayer Óscar antes de llevar el coche a la ITV antes de la carrera dezana. Lo cierto es que padre e hijo sólo se han subido juntos una vez antes en el Saxo, y lo hicieron para entrenar el próximo Rali do Cocido. "El primer tramo fue una locura, pero en los últimos, una maravilla, sacando muchas anotaciones", recordó el hijo sobre el papel de su padre en su primera experiencia como navegante.

"Vamos por libre al Rali do Cocido para ver qué pasa", explicó Óscar sobre el objetivo de ambos en la prueba dezana de este próximo fin de semana. En este sentido, los dos pilotos lalinenses todavía no tienen claro a cuantas citas del calendario autonómico tienen pensado acudir porque todo está en función del resultado en el Rali do Cocido, segunda prueba del Gallego de asfalto. Óscar Reboredo ya salió en la primera prueba del año, Noia, al volante del Saxo y con Gonzalo Mariño de navegante. Óscar debutó en una prueba oficial la temporada pasada precisamente en la edición 2015 del Rali do Cocido, donde el AX que pilotaba junto a David Troitiño sólo aguantó 4 kilómetros del recorrido. El piloto lalinense espera que este año haya más suerte compartiendo habitáculo con su progenitor.

Ilusión

Manuel Reboredo tiene asombrado a su propio hijo por la ilusión que ha mostrado cuando supo que los dos correrían juntos el Rali do Cocido. "Tiene más ganas que yo, y lo pude comprobar cuando entrenamos para el Rali do Cocido cuando terminamos con todas las notas hechas", aseguró Óscar. En este sentido, el hijo fue benévolo con su padre en las sesiones preparatorias de la exigente carrera dezana a la hora de hacerse con unas anotaciones fieles porque "no sabía cómo iba esto y era su primera vez". Lo que tienen claro tanto uno como otro es que pase lo que pase este fin de semana en la carrera, padre e hijo intentarán pasárselo lo mejor posible poniendo en práctica una afición que, por encima de todo, consiguió que enterrasen el hacha de guerra para siempre.

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