El Lalín no estaba jugando su mejor partido y, sin embargo, iniciada la segunda parte vencía por 2-1 al Unión Grove, un rival directo en la parte baja. Por primera vez la suerte parecía sonreír a un equipo necesitado de ella. Penúltimos en la clasificación, los de Tamayo tenían ante sí la oportunidad de salir por primera vez en meses de la zona de descenso directo. Era una reválida para ellos y la estaban sacando adelante con trabajo y una pizca de esa suerte tan necesaria en el fútbol. Los rojinegros sin embargo, parecen destinados a pelearse con el mundo y obligados a vencer si quieren quedarse una temporada más en Preferente. Terminaron perdiendo y lo hicieron con dos goles en los que reclamaron dos fueras de juego de sus rivales y con cuatro expulsados.

La derrota y la forma en que se produjo todavía coleaba ayer en el seno del club dezano. Desde la directiva señalaban directamente al colegiado y criticaban tanto sus decisiones sobre el campo como su actitud tras el partido. El Lalín ha enviado una queja formal a la federación por lo sucedido y se aguardaba para tomar una decisión sobre si presentar una denuncia civil contra el árbitro. En el seno de la entidad sentaron especialmente mal las acusaciones de los colegiados contra el delegado del equipo, Juan Suárez Carbia, un hombre con un historial intachable. Entienden que vio una tarjeta roja injusta y que en ningún caso agredió ni tuvo ningún gesto contra ellos.

La incredulidad de los directivos ante lo sucedido también era compartida por el entrenador, Alberto Pereira Tamayo, quien se mostró igualmente crítico con el árbitro de la contienda. "Estamos todos indignadísimos por lo que pasó y al mismo tiempo impotentes", afirmó el técnico. "El acta falsea totalmente la verdad pero no puedes hacer nada. Esta gente es intocable", añadió el mismo sentido al tiempo que lamentó la "prepotencia" y "altanería" de los colegiados. Tamayo recordó que no es la primera vez que este árbitro firma una actuación criticada. "Debe de tener algún tipo de trauma en su vida y lo vino a pagar con nosotros. Por lo que me comentaron debe ser una cuestión de incapacidad personal. Alguien debería mirar de pagarle un psicólogo a este árbitro", afirmó.

A pesar de la dura derrota, el técnico ourensano señaló que deben levantar la cabeza cuanto antes y pensar en el próximo partido. "Queda mucha cera. Es un paso atrás para nosotros pero no vamos a arrojar la toalla. Si nos dan un golpe no nos queda otra que levantarnos y buscar una nueva meta", apuntó optimista. "Cuando vine al Lalín sabía que no era una empresa fácil salvarlo pero seguiremos luchando contra viento y marea. Ahora nuestra misión es recuperar mentalmente a los chavales, algo que no es nada fácil porque estas cosas hacen mucho daño", añadió.

El entrenador del Lalín lamentó su suerte en un partido que tenían encarrilado a pesar de que los nervios y las precipitaciones estaban mermando su juego. "Con el 2-1 tuvimos varias ocasiones claras pero las fallamos. Luego vinieron los dos goles en fuera de juego y nos fuimos del partido", apuntó.

El choque terminó con el público increpando a los colegiados y con la presencia de la Guardia Civil y la Policía Local en el estadio Manuel Anxo Cortizo.