Era el partido del año y sólo valí ganar. Eran dos puntos vitales para meterse en la pelea por la fase de ascenso, y vencer fue la premisa con la que el Embutidos Lalinense Balonmán Lalín saltó ayer a la pista del líder Construcciones Castro Balonmán Chapela. Sin embargo, nada le salió ayer al conjunto del Arena en Redondela, a pesar de mostrar buenas maneras en los instantes iniciales del encuentro. Al final, los puntos se quedaron en casa, y el Lalinense tendrá que esperar un milagro para poder soñar con la promoción.

Intentar ganar un partido sin una buena defensa, en balonmano, es una quimera. Y ayer quedó demostrado en Chapela para un Lalinense que sí salió enchufado e incluso arrolló por momentos a su rival. La primera media hora se jugó de poder a poder, pero la experiencia y la calidad de los de Fran Teixeira dieron la vuelta al marcador después de empezar por detrás. Vargas y Chema fueron los estiletes de los locales frente a un Lalinense donde, ayer, sólo mantuvo el tipo Durán bajo palos.

La debacle lalinista se forjó en los instantes iniciales de la segunda mitad. El conjunto de Paco Aguiar sólo pudo anotar un tanto en los primeros diez minutos, lo que facilitó las cosas al Chapela conforme avanzaban los minutos. Las ventajas se fueron ampliando para los de casa cuando el partido enfilaba la recta final ante la desesperación del banquillo lalinista. La mala selección de tiro y una defensa en precario, también en la reanudación, terminaron por hundir a un Lalinense que salió del Municipal de Chapela con la amarga sensación de haber tirado el campeonato demasiado pronto.