Las cuatro temporadas de Tinto en el Estradense suponen un caso atípico en el club y también en gran parte de las entidades actuales. Los entrenadores cuentan cada vez con menor fecha de caducidad y son pocos los que dan sacado adelante proyectos a largo plazo como el que está llevando a cabo el entrenador estradense. Salvo excepciones puntuales, dos temporadas consecutivas se convierte para muchos en un máximo y siempre que los resultados acompañen.
Tinto ha roto barreras en ese sentido y lo ha hecho con un proyecto joven que huye de las urgencias de otros pero que al mismo tiempo ha ido en continuo crecimiento.