Joao Tadeo Da Silva habla en nombre de su hijo Richard Leonardo. El joven central tiene por el momento problemas con el idioma y le cuesta entender y hacerse entender. No le ocurre lo mismo a su padre. Durante tres años Joao trabajó en la capital dezana. Era una época en la que la construcción hizo que llegase a la comarca una nutrida colonia de trabajadores foráneos. El patriarca de los Da Silva disfrutó de su paso por Galicia antes de seguir el camino que marcaban las oportunidades de trabajo. Su segunda parada en Europa fue en Portugal, donde también trabajó varios años. Finalmente, decidió regresar a su país, donde estaba su familia. Cinco años después de su vuelta a casa, Joao está de nuevo en Lalín y esta vez no ha venido solo.

El motivo para volver a España es el joven Richard Leonardo. Con veinte años el jugador pidió a su padre tener la oportunidad de probar fortuna en el fútbol europeo y Joao no ha podido negárselo. El lugar elegido para su regreso ha sido la capital dezana, donde Joao recordaba al Club Deportivo Lalín de su paso por la comarca. La familia Da Silva buscó un contacto por medio de internet y pidió a los responsables del club que su hijo realizase una prueba. Los rojinegros, en plena reestructuración y con un plantel plagado de jugadores por calibrar para confeccionar la plantilla, le abrieron las puertas y la posibilidad de ganarse un puesto en equipo definitivo.

Con el visto bueno del club, Richard y Joao cruzaron el Atlántico en un largo viaje hasta la capital dezana. Lo primero que hizo el jugador nada más llegar fue acudir al Cortizo, donde el Lalín acababa de iniciar un entrenamiento. A partir de ahí, fue el turno del joven central, que necesitaba hacer méritos para ganarse la confianza de Francis Sixto. No contaba con grandes referencias pero llamó la atención del técnico por sus cualidades y, sobretodo, por su potencial. Francis reconoció que es un jugador todavía por pulir, especialmente en el plano táctico, y señaló que se trata de un fichaje en el que pensar a largo plazo.

Tras varias semanas de entrenamientos, el club anunció el pasado miércoles su intención de hacerle ficha al jugador brasileño, quien ya disfrutó de minutos en el amistoso que disputaron contra el Pontevedra en el Cortizo. Todavía queda por superar los trámites burocráticos y cerrar el acuerdo económico pero ambas partes han mostrado su intención de entenderse y de llegar a un entendimiento cuanto antes para que el jugador pueda estar a disposición de Francis.

Ese será el final feliz a una historia entre Brasil y Lalín, una historia que todavía tiene sin embargo muchos capítulos por escribir. Joao reconoce que la incorporación de Richard al Lalín cumple el sueño del joven jugador pero ese sueño no se podrá mantener si él no logra encontrar un trabajo. "El quiere quedarse y probar aquí. Para eso necesito un trabajo. Vinimos con poco dinero y se acaba. Siempre trabajé en la construcción pero ahora está muy mal", explicó. Joao confía en que todo salga bien en el plano económico para no tener que apagar la ilusión de su hijo. "En Brasil nunca pudo jugar a nivel profesional. Lo hacía por medio de la universidad en una categoría regional. Allí, si tienes dinero, te abren las puertas de todos los equipos pero si no lo tienes es muy complicado. Se merece sin embargo una oportunidad porque es un gran chaval y tiene muchas ganas de aprender".