- ¿Por su coche y por su forma de conducir se considera un piloto de otra época?

- La verdad es que las nuevas generaciones son diferentes. Si cuadra son más efectivas en el sentido que van a trazar bien y a frenar en el sitio justo. Van más finas. Mi estilo de conducción siempre fue más espectacular, de andar tirando de freno de mano. Aun en este rallye casi perdemos un puesto por andar tirando del freno de mano. El copiloto me dijo que teníamos que ir finos en los últimos tramos para intentar cazar al Mitsubishi que teníamos delante en la clasificación. El problema fue que nos encontramos un cruce estrecho en Touro y se me fue la mano al freno. Ahí perdimos seis segundos que nos hicieron perder un puesto. Menos mal que después aun quedaba un tramo, el de Amio, y conseguimos recuperar dos segundos para quedar cuartos. El conducir así te lleva muchas veces a perder tiempo porque de lado el coche no avanza. Sin embargo es mi manera de conducir y creo que a los aficionados les gusta. Es una gozada ir por los rallyes y ver que la gente te anima. A la gente le gusta el espectáculo y a mí también.

- ¿Qué valoración hace de la temporada hasta el momento?

- En lo que llevamos la verdad es que ya nos pasó de todo, no siendo en Noia, que acabamos sin problemas. En el Cocido tuvimos problemas en el motor y en el Botafumeiro, otra vez. Veremos si los puedo solucionar de una vez y consigo que no se repita.

- ¿Cómo alguien con un Renault 5 GT Turbo es capaz de pelear entre los mejores de una prueba del autonómico contra coches mucho más nuevos?

- En este Botafumeiro corrimos por la tarde con tres pistones y con uno roto pero conseguimos que los tiempos siguiesen ahí. Los otros pilotos alucinaban porque además petaba el motor muchísimo. Los tiempos se consiguen en las apuradas de frenada o en el paso por curva. Cuando el coche no corre hay que tomar otras medidas. Para hacer tiempos así con un Renault 5 tienes que tenerlo muy de mano y tienes que ir muy fuerte. A cañón. Tampoco puede haber ni un error por parte del piloto ni del copiloto. Tienes que ir muy al límite.

- Dicen que parte de su éxito también radica en que está usted un poco loco. ¿Cree que es cierto?

- (Risas). No creo que esté loco, lo que pasa es que tengo mucha sangre fría. Si vas con miedo no vas a conseguir nada.

- Hablando de miedo, ¿alguna vez lo tuvo en una carrera?

-Tuve mucho miedo en la Subida a Iroite, en el año 2004 o 2005. Subí por encima de una valla y fui marcha atrás. Tuve miedo porque no sabía hacía dónde iba ni lo que me iba a suceder. No es lo mismo que cuando vas de frente o de lado, que ves todo. Marcha atrás pasas algo de miedo. Luego estuvo el accidente en la Subida á Estrada, en el que choque a 180 contra un muro. Fue un señor accidente. No pensé en salir vivo. Es alucinante lo que llegan a aguantar estos coches en un accidente. Los espectadores que estaban en esa curva no contaban con que saliese con vida de ese golpe. El gris sin embargo tiene una seguridad que no tenía el rojo. Llevo corriendo desde el 99 y ya llevo algunos golpes. Choco poco pero cuando lo hago, lo hago bien. Es lo que pasa cuando vas tan rápido.

- ¿Por qué siempre conduce un Renault 5?

- Es un coche que siempre me gustó. El rojo que tenía de calle lo compré en Cataluña. Después lo fui preparando poco a poco hasta que los amigos me empezaron a animar a participar en alguna carrera. Fue cuando estaba corriendo Bamarti con el Corsa. Aquel coche que tenía estaba atómico y me pareció una buena manera de probarme. Fui a mi primera subida, que fue la de Pontevedra. De aquella pagabas 5.000 pesetas por inscripción. Hoy en día pagas 260 euros. Mucho cambió. A partir de ahí empecé a ver que no era tan malo e incluso alguna vez le gané a Jose. Mi carrera deportiva empezó así.

- Ahí empezó un largo camino hasta hoy pero ¿cuántos R5 tiene actualmente?

- Tengo dos de calle, varios para piezas y el gris y el rojo para correr. Después tengo otro que le compré hace cinco o seis años a Manolo Senra. Quedó ahí por si algún día lo necesitaba. Es un coche con historia pero todavía no tuve la oportunidad de estrenarlo. Por eso lo quiero vender. En total creo que debo tener por lo menos quince GT Turbo.