El triunfo de la cordura

Es el primer técnico en completar tres temporadas consecutivas desde los años 80

REDACCIÓN | A ESTRADA

La suya era una continuidad aguardada. Durante el último año, el Estradense y Tinto han vivido una relación de amor incandescente y pasional. Arrumacos públicos, regalos de rosas y miradas furtivas avivaron durante toda la temporada un noviazgo en el que ambos se han querido por amor y por el doloroso vacío que genera la necesidad mutua. Desde la caída a los infiernos de la ruina -económica que lo de A Baiuca ya viene de atrás-, el Estradense y Tinto pegaron espaldas para sobrevivir al acoso. En esta situación, al técnico le tocó la misión de impedir que el equipo se ahogase dentro del campo, mientras que las dos directivas que pasaron por encima de él intentaban reflotar un barco plagado de vías de agua.

Dos años después de asumir el reto, el técnico camina con la satisfacción de haber cumplido con la misión encomendada y lo ha hecho insuflando nueva vida a un equipo lastrado por el desgaste de los excesos. Tinto se convirtió en la mejor pastilla para la dura resaca y lo fue gracias a su capacidad de gestión de vestuario y a una decidida apuesta por la cantera. A su llegada Tinto abrió de par en par las puertas del primer equipo y dos años después el Estradense es un equipo que ilusiona por el futuro que se ha inventado.

Con ese aval, al Estradense no le quedaba otra que prolongar, al menos un San Valentín más, su noviazgo. Ambos son ahora un año más viejos y un año más sabios. El desgaste se notará pero en el camino por el abismo la luz encendida por el ilusionista es una esperanza. En él y en su cuadrilla de imberbes está ahora mismo el futuro del Estradense. Asumido eso, su renovación era lo más cuerdo y aconsejable para un club empeñado en aprender de sus errores pasados.

Este ataque de cordura pone además punto y final a una tendencia arrastrada en un Estradense que en los diez años anteriores a la llegada de Tinto había tenido trece entrenadores. Con su renovación, el actual técnico del Estradense se concierte además en el primero en completar tres temporadas consecutivas desde la época de Víctor Lomba -quien estuvo siete años en el club entre la década de los ochenta y los noventa-. A comienzo de los ochenta también hubo otro entrenador que completó tres años consecutivos, Pepe Chedas. A partir de ellos, el banquillo del Estradense fue un ir y venir de técnicos. Gente como Carregal, Moure o el tándem formado por Pencho y Blanco aguantaron dos años en el cargo. Otros como Oreiro estuvieron tres años como entrenadores, aunque en diferentes etapas.

El tiempo dirá si Tinto es capaz de seguir rompiendo esa tendencia. Por el momento toca continuar el largo domingo de noviazgo.

Tracking Pixel Contents