- ¿Cómo valora los apoyos recibidos en su primera temporada?

- Excepcionales. Por parte de los patrocinadores, tanto Vasán como Helvetia apostaron fuerte por nosotros cuando no éramos nadie. También fue extraordinaria la respuesta del comercio y las empresas locales. Tenemos más de 120 firmas que nos apoyan económicamente. Eso nos permitió crear una estructura de club sólida. En cuanto a la afición, sabíamos que en A Estrada había el gusanillo del fútbol sala pero nunca llegamos a pensar que en tan poco tiempo el pabellón podía presentar ese aspecto. En ningún pabellón de esta categoría hay tanta gente como aquí. Luego está la afición más próxima, los Kinsos, que estamos encantados con ellos.

- En el plano deportivo, todo serán elogios.

- Nosotros iremos a Carballiño con la alegría y la satisfacción de haber cumplido nuestros objetivos. Superamos todo lo esperado. Queremos ganar pero también que disfruten del partido. Estamos animando a todo el mundo a venir con nosotros y para ello se pondrán los autobuses que hagan falta. Los jugadores están preocupados porque saben que se les va a exigir la meta de ser campeones pero enfrente también hay un gran equipo, jugamos fuera y hay intereses de otros clubes en juego. Será difícil.

- ¿Cuál cree que ha sido el gran secreto de este equipo para rendir por encima de lo esperado?

- Es sencillo. Todos los que estamos aquí es por un compromiso personal. Tanto los jugadores, como el cuerpo técnico, como la directiva y eso nos ha permitido crear una gran familia. Incluso los jugadores de fuera están muy integrados. Mantuvimos una reunión con la plantilla y todos se mostraron dispuestos a continuar el próximo año. El éxito del proyecto es que todos los jugadores están en las mismas condiciones. Aquí todos cobran lo mismo, nada. Solo tienen una primera de veinte euros por partido ganado. Todos igual. Los directivos estamos también ahí porque nos gusta el fútbol sala y por el compromiso con los jugadores. Todos esos factores justifican y ayudan al éxito del equipo.