Entrevista | Roberto Pazos Portero del histórico ascenso a 3ª RFEF del Juventud de Cambados

«Lo más bonito de un ascenso es hacer feliz a un pueblo, con eso me quedo»

Tras casi tres décadas bajo palos, Roberto Pazos se despide del fútbol por la puerta grande. A los 44 años logra el ascenso con el Juventud de Cambados, el club donde todo empezó. En esta entrevista repasa su último año, su futuro y una carrera marcada por el amor a su pueblo y al deporte. Fue protagonista absoluto en la tanda de penaltis que selló un ascenso histórico 27 años después.

Pazos se ha convertido en una leyenda del Juventud de Cambados.

Pazos se ha convertido en una leyenda del Juventud de Cambados. / Iñaki Abella

Cambados

Después de casi tres décadas defendiendo porterías, Roberto Pazos Agra se despide del fútbol con un final soñado. A los 44 años, el veterano guardameta cambadés logra el ascenso a 3ª RFEF con el Juventud de Cambados, el club de su vida, donde debutó con solo 16 años. Protagonista en la histórica tanda de penaltis ante el Beluso, Pazos cierra un ciclo entre emociones, recuerdos y un pueblo volcado con su equipo. En esta entrevista, repasa su trayectoria, el significado del ascenso y sus planes de futuro.

- 44 años y logra el ascenso en el club de su vida para devolver al Juventud de Cambados a la categoría soñada 27 años después. ¿Le toca valorar esta hazaña?

- A principio de temporada el objetivo era mejorar lo del año pasado, pero lo primordial era la salvación. Lo que hizo este grupo fue increíble. A medida que pasaba el curso fuimos soñando, y siendo yo el último jugador que había jugado en Tercera División con este club, me di cuenta de que podía devolverlo al lugar en el que lo encontré. Y encima, también llegamos a la final de Copa Diputación en Pasarón. La verdad es que fue impresionante lo vivido.

- Y un ascenso a 3ª RFEF que se rubrica en una tanda de penaltis en la que, evidentemente, usted fue determinante. Ni en las mejores películas casi. ¿Cómo lo vivió? 

- La verdad, no fui consciente de los penaltis hasta que ya estaba en ellos. Fuimos superiores al Beluso durante los noventa minutos y la prórroga y no deberíamos haber llegado a ese punto, pero no supimos aprovechar las ocasiones que tuvimos. Además, se daba la casualidad que esta era la primera temporada en la que no había parado ningún penalti de los cinco o seis que me lanzaron, pero es que no había acertado ni el lado (risas). Cuando llegó el momento, me mentalicé para estar tranquilo, sabía que la presión podía jugar a favor o en contra. Y, sorprendentemente, fue uno de los momentos más tranquilos de la temporada. Solo quise disfrutarlo.

- ¿Qué ocurrió en ese curioso paso por vestuarios justo antes de la tanda? 

- Hubo un momento de espera porque no llegaba la seguridad necesaria, así que me fui a la caseta. Me tomé un café, siempre llevo un termo conmigo, y me puse una camiseta térmica porque me había cogido el frío después de tanto tiempo de espera. No fui el único que entró al vestuario, pero fueron unos minutos de paz. Un momento zen que me vino genial. Durante la semana Pénjamo estuvo ensayando penaltis y tomando referencias en los entrenamientos en campo reducido, pero sin hacer mucho énfasis en los penaltis como tal. Fue una forma de prepararne mental y físicamente para lo que venía. 

Pazos durante su último partido en el campo de As Laxes en Beluso.

Pazos durante su último partido en el campo de As Laxes en Beluso. / Cedida

- Había anunciado su retirada, pero… ¿se lo está replanteando ahora con el ascenso? 

- Le doy muchas vueltas a la cabeza, pero tengo que asumir la situación y estar tranquilo. Este año doy gracias a Dios por no haberme lesionado y eso es algo muy importante. A mi edad, una lesión grave podría ser muy complicada. Pienso que nadie deja de ser futbolista del todo cuando se retira, pero ahora mismo debo empezar a pensar con frialdad, hablar con mi familia y estar tranquilo. 

- ¿Qué significa, a nivel personal, vivir algo así como cambadés y portero del club? 

- Es que si lo sueño no me sale tan bien ni tan bonito. Estoy en una nube, casi sin creer todavía si es real. Hicimos feliz a un pueblo y con eso me quedo. Eso es lo más bonito del ascenso hacer feliz a tanta gente. Me acuerdo que cuando marché al Compostela con 17 años, al año siguiente empezaron a derribar A Merced. Vivimos muchas cosas desde entonces en el fútbol y volver al club que te vio nacer futbolísticamente y devolverlo al mismo lugar donde te lo encontraste hace 27 años es algo que emociona y es muy difícil de explicar tantos sentimientos. 

- Tras tantos años de carrera, ¿con qué recuerdos se queda? 

- Con este ascenso, con el debut en el Compostela, con la Copa del Rey en Ribadumia… Hasta los 30 no me pasó nada destacable en el fútbol. Fue después cuando llegaron las fases de ascenso, como la del Boiro, que fue muy importante. Supongo que fue el fruto de años de trabajo y constancia.

- ¿Hay alguna experiencia que borraría si pudiera? 

- Sí, las lesiones y los impagos. Cuando dependes del sueldo del fútbol y no te pagan, es muy duro. Lo viví y sé lo que se sufre.

- Desde su experiencia, ¿qué necesita ahora el Juventud para asentarse en 3ª RFEF? 

- Creo que lo que llevan haciendo estos tres años lo están haciendo bien. La nueva categoría va a exigir más. La intensidad será mayor en todos los aspectos. Se ha movilizado a un pueblo y el pueblo ha respondido. Creo que la gente va a seguir apoyando al club. No todo es crecer a base de dinero, hemos quedado entre los cinco primeros con menos presupuesto que muchos otros equipos. Hay que llegar a los máximos posibles, pero no a los imposibles. Es una categoría muy bonita, los que se queden y los que lleguen van a venir a aportar por el único objetivo que es la salvación. Sin pájaros en la cabeza porque eso siempre se termina pagando más pronto que tarde. 

Pazos en su etapa defendiendo la portería del Arosa.

Pazos en su etapa defendiendo la portería del Arosa. / Iñaki Abella

- La movilización social en torno al Juventud de Cambados ha sido impresionante. 

- Que la gente se haya enganchando es lo mejor de todo. Vi a gente en Beluso que jugó conmigo en infantiles. Verlos allí fue un revulsivo y una emoción increíble. El club estará donde la gente quiera que esté. Los directivos trabajan y los jugadores juegan, pero sin respaldo no se puede hacer nada. Cambados respondió y nosotros correspondimos. Ahora hay una afinidad muy latente y es mucho para afrontar lo que está por venir. Ese es el mejor primer paso.

«Quiero que me recuerden como un buen compañero»

- ¿De qué manera va a seguir Roberto Pazos vinculado al fútbol? 

- No lo sé. Tengo los títulos de entrenador, no me quiero desvincular del fútbol y echaré una mano al club entrenando a los porteros de la base. Hay una oferta para entrenar porteros sénior, pero ahora es momento de valorar. Mi hijo está enganchado al fútbol y quiero acompañarlo en su experiencia. Ya le dije que probara de todo en el campo. Sé lo que se pasa sufriendo como portero. Siempre es una posición muy señalada y cualquier fallo tiene mucha más trascendencia. El sufrimiento del padre de un portero es complicado, pero manda el niño.

- ¿Cómo le gustaría ser recordado como futbolista? 

- No busco ser protagonista. Me crié en el Juventud con valores de compañerismo. Quiero que me recuerden como un buen compañero de vestuario y alguien que ayudó siempre. 

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