El Valladolid se vio sorprendido en Meaño para sucumbir en la cancha. Mérito de un equipo verdinegro que, con Costas al frente y bien arropado en la grada, superó su test de madurez, siendo superior a las pucelanas a partir de mediado el primer tiempo. Sobre el papel, nada hacía presagiar que el partido se inclinara tan temprano en su favor. A partir de ahí, las meañesas tuvieron el aplomo para no pecar de complacencia y dar alas a un rival que tenía contra las cuerdas.
El choque arrancó igualado, alternando ventajas mínimas y sucesivos empates, que se traducían en un 5-7 en el minuto 10. Ahí llegó el momento clave del partido: las verdinegras materializaron en 11 minutos un parcial de 8-1 que llevó el electrónico a un 13-8 en el 21. La clave fue el 6-0 meañés, que basculaba bien para arrancar flotando a sus laterales para acto seguido saber dar un rápido paso atrás y cerrarse muy férreo por el centro. Entre las meañesas, dirigiendo desde esa posición, una Eli Méndez que era una ex de las pucelanas y que estaba motivada ante sus ex compañeras. Desactivadas, las vallisoletanas entraron en una fase de pérdidas de balón y lanzamientos marrados, que las verdinegras convertían en contragolpes y transiciones rápidas que encontraban la red contraria con relativa facilidad, repartiéndose los goles en esos minutos para acabar llevando el marcador a un 17-13 al descanso. En el arranque del segundo tiempo el partido discurrió ya con ataques estáticos por parte de ambos. Por un momento asomó el Valladolid para ponerse a 2 en varios momentos, la última en el 41 con un gol de su principal artillera Cecilia Colmenero (22-20). Pero el Asmubal supo resistir hasta acabar imponiéndose por 36-31.