El Arosa tiene la primera de las cuatro finales que le restan en un agónico final de temporada con la permanencia en juego. La de hoy (12.00 horas) en el Vero Boquete-San Lázaro es la oportunidad de mantener el oxígeno a pleno funcionamiento e incluso la mejor ocasión de abandonar la zona de descenso.
Luisito afronta su segundo partido en el banquillo arlequinado midiéndose a otro de sus ex. Un Compostela en el que se formó como futbolista y en el que también tuvo paso como entrenador. Un pasado que quiere dejar absolutamente al margen, al menos hasta después del partido.
Estoy muy contento con la actitud y con la predisposición, pero ahora hay que refrendar todo ese trabajo en un campo muy exigente
La confianza del técnico en su equipo no ofrece fisuras. Señala a este respecto que “el equipo está entrenando muy bien. Estoy muy contento con la actitud y con la predisposición, pero ahora hay que refrendar todo ese trabajo en un campo muy exigente, pero estamos muy preparados”.
En cuanto a lo que espera del Arosa ante el Compostela, el técnico sostiene que “la mentalidad es ir allí a ganar. Quedan 12 puntos, pero no miro más allá que el partido contra el Compostela. Se nos va la vida y necesitamos salir de allí con tres puntos. Eso es lo que trato de inculcarle a los futbolistas. Estamos cerca del objetivo aunque no lo parezca y soy de los que piensa que mientras hay vida hay esperanza. A ilusión no nos puede ganar nadie y en ese sentido estoy tranquilo”.
No se fía para nada Luisito de la mala racha que arrastra el Compostela con ocho jornadas sin ganar: “Bastante tengo con lo mío como para pensar en las estadísticas del Compostela. Cada partido es un mundo y va a ser una cita muy complicada para los dos. Yo solo espero que el Arosa salga a jugar muy concentrado, intenso y dándole mucha importancia al balón. Tenemos que ser nosotros mismos, aplicar lo que trabajamos durante la semana y con eso estoy convencido de que estaremos a muy buen nivel”.
Es precisamente la fe en las propias posibilidades uno de los motores a los que se agarra Luisito este mediodía, “la plantilla sabe que soy una persona muy ganadora que no tiene miedo a nadie y que solo creo en el trabajo. Creer es poder y lo que hay que hacer es pelear y tener ilusión”.
Tampoco pasa por alto el papel que juega la afición en lo que queda: “Son cuatro partidos y 360 minutos con toda Vilagarcía detrás nuestra y solo por ellos hay que matarse en el campo. A la gente hay que darle un diez, pero necesitamos toda su ayuda en lo que queda”.