A falta de una jornada, el Asmubal Meaño certificó un título de liga histórico que nunca antes había logrado el club en féminas. En Coirón el equipo no dejó pasar la ocasión ante una afición entregada.

El Carballal acudió con el hándicap con un equipo justo de efectivos, allanando las cosas a las de Juan Costas. El choque arrancó con 19 minutos de igualdad. Y es que las verdinegras, sabiendo lo mucho que se jugaban, acusaron cierto nerviosismo. En los 10 últimos minutos de ese primer tiempo la defensa verde se volvió infranqueable. Ello propicio ahogar físicamente al rival para llevar el partido a un 15-8 al descanso.

En el inicio de la segunda parte las verdinegras, muy motivadas, no dieron chance alguno para la reacción rival. Un gol de Andrea Cores ponía la máxima renta con el 21-10. El partido pintaba finiquitado ante un Carballal que no tenía opciones de recambio desde el banquillo. A lo sumo, los lógicos momento de relajación local y el que Juan Costas hiciera disfrutar a todas sus jugadoras sobre la cancha, hizo que la renta cayera a 6 con un 23-17. Pero no más. En esa fase la noticia para las verdinegras fue la reaparición de Laura Miniño, uno de los buques insignia de este equipo y vital para empresas mayores.

Al final, sobre la pista fiesta improvisada por el título, si bien contenida porque el otro objetivo de la temporada sigue abierto: competir de lleno en la fase nacional de ascenso a Plata para la que las meañesas se clasifican.

El técnico Juan Costas, siempre comedido, valoraba la dificultad de esta liga: “Hemos tenido que improvisar mucho, incluso tirando de jugadoras de la base para completar sesiones de entrenamiento. Este es un equipo magnífico, no solo como buenas balonmanistas, sino como estudiantes, con una notas estupendas en sus carreras, y eso precisa también de su tiempo”.

Mención aparte tuvo para el regreso de Laura Miniño: “Es una jugadora esencial para nosotros desde la primera línea, pero aún así tenemos que saber llevarla físicamente con cautela, sin forzar situaciones”. Y es que a Juan Costas, para su regreso al club, le cautivaron sus raíces familiares con Meaño por línea materna y el ir comprobando como el equipo humano de plantilla y directiva se reafirma y se cohesiona para poder hacer crecer el proyecto balonmanístico.

Quien sí se cedía a las lágrimas era la presidenta Silvia Lobato: “Llevo con la mitad de esta plantilla desde benjamines. Las he visto crecer dentro y fuera de la cancha, y en un momento así te vienen a la cabeza todos los momentos duros, y la liga era una meta muy ansiada por esta generación”.

La presidenta anticipaba que “siendo ganadores de liga, vamos a presentar candidatura y hacer lo indecible para que el sector nacional de ascenso se venga a Dena. Es la gran ilusión de estas jugadoras que conectan cada vez más con la grada”.