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Baloncesto - Fase de Ascenso a Liga EBA

Cuando de ascensos también se aprende en casa

Madre e hijo con las camisetas más importantes de la historia del baloncesto local. | Iñaki Abella

La vida es una conexión continua entre el pasado y el presente cuando se habla de futuro. Aquello que puede llegar a suceder siempre tiene una retrospectiva cargada de argumentario. De razones para pensar que el ciclo de la vida es una verdad irrefutable.

Seguro que Montserrat Abeijón cuando empezó a jugar al baloncesto con un ventanuco de su barrio de Os Duráns como aro en los años 80 no se llegó a imaginar que, con el Liceo Marítimo como trampolín, sería una pieza fundamental del Cortegada primigenio.

Con Paco Sáez ejerciendo de entrenador clave en el descubrimiento de sus altas capacidades como jugadora, fue con Miguel Ángel Ortega en el banquillo, cuando lideró el primer salto de Vilagarcía a la máxima categoría del baloncesto femenino español.

Si echo la vista atrás solo me vienen recuerdos muy bonitos. Por eso le digo a Pedro que disfrute de cada minuto

Montse Abeijón, "Siña" - Capitana del Cortegada que logró el primer ascenso a Liga Femenina en 1997

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Antes La Seu D´Urgell y Burgos, y definitivamente Vilagarcía. Esas fueron las sedes de las fases de ascenso a la élite nacional que disputó “Siña” hasta que en 1997 y con un pabellón de Fontecarmoa a reventar se consiguió un antes y un después. Ahora, el baloncesto ha querido que su hijo Pedro Sabugueiro tenga la oportunidad de vivir la experiencia de llevar a Vilagarcía a un escalafón superior. A una Liga EBA que espera detrás de la fase de ascenso que disputará el Sigaltec este domingo en Noia.

Madre e hijo tienen en el baloncesto algo que se ha transmitido en los genes. Iñaki Abella

El deporte es una escuela de vida. Cada momento que te da el deporte es muy especial. Si echo la vista atrás solo me vienen recuerdos muy bonitos. Por eso le digo a Pedro que disfrute de cada minuto. Acaba de llegar a categoría sénior y está en un grupo humano genial y en todos estos años nunca lo había visto disfrutar tanto del baloncesto como esta temporada”, apunta la madre sobre su hijo de 18 años.

Voz autorizada, como deportista y aficionada, Siña Abeijón sostiene que “yo soy muy defensora, como no podía ser menos, del baloncesto femenino. Pero también creo que Vilagarcía demanda un equipo masculino en una categoría más alta porque somos una ciudad con mucho amor por el baloncesto y el Sigaltec se lo merece”.

“Siempre pensaba por y para el equipo”

Pedro Sabugueiro no oculta que se mira muchísimo en el espejo que para él es su madre. Reconoce que “durante el confinamiento me vi muchos vídeos de mi madre jugando en el Cortegada. Era una líder natural, como una entrenadora en la cancha que siempre pensaba por y para el equipo”.

Su devoción por el número 12 también le viene de cuna, al igual que sus virtudes para las recuperaciones de balón. “Me encanta defender y correr. Soy de los que trato de aportar energía al equipo”, señala un Pedro que también reconoce que le gustaría mejorar “en fortaleza mental y en autoconfianza”. Todo ello a las puertas de vivir en Noia la última batalla como colofón a una atípica temporada, la de jugar con mascarilla, pero tras la que se esconde una ilusión que se transmite de madre a hijo.

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