Un duro golpe. Eso fue lo que se llevó ayer el Ribadumia en Cantarrana al perder por la mínima con un rival que se le escapa en la tabla y que le aleja de los puestos que evitan el descenso a la Regional Preferente. Los aurinegros pelearon el encuentro y gozaron de ocasiones para que el resultado fuese diferente, pero erraron en la finalización. La buena noticia para los aurinegros es que todavía quedan bastantes encuentros por delante y ellos dependen de sí mismos en esta carrera de fondo.

El encuentro que se disputó ayer en Cantarrana no fue bueno y se acabó resolviendo con un solitario gol en una acción aislada en la que Álex Meitín fue capaz de aprovechar un centro atrás concedido por la defensa aurinegra, otro error de los muchos que han dado al traste con el esfuerzo realizado en varios partidos por los hombres de Luis Carro.

Las ocasiones en la primera mitad brillaron por su ausencia. A diferencia del partido de Copa del Rey en el que ya se enfrentaron ambos equipos, durante los primeros 45 minutos la solidez defensiva se impuso al juego ofensivo. Pocas ocasiones, pocas jugadas, cero goles y grandes actuaciones en defensa.

Tan solo destacó un gol polémico de Edgar para los locales que el colegiado anuló por fuera de juego. El Ribadumia tampoco tuvo muchas situaciones, más allá de alguna contra que el equipo no supo resolver ni finalizar. En esa primera parte insulsa tuvo mucha influencia la situación en la que se encontraba el terreno de juego, excesivamente irregular, lo que hacía prácticamente imposible realizar un juego combinativo. Ambos equipos recurrieron, de manera constante, al juego directo, aunque sin ningún efecto, ya que al descanso se llegó con el resultado inicial en el marcador.

Sin embargo, en los primeros minutos de la segunda mitad iba a cambiar el devenir del partido. Apenas habían transcurrido diez minutos de juego del segundo período cuando, una pérdida en el centro del campo permitió al Viveiro armar la contra; Ticho conseguía ganarle la espalda a los centrales aurinegros y alcanzar la línea de fondo, cediendo atrás para que Álex Meitín consiguiese incrustar el balón en las mallas de la portería defendida por Roberto Pazos sin que este pudiese hacer gran cosa.

El tanto sentó como una losa a los aurinegros, sobre todo en el aspecto mental, ya que veían como sus posibilidades de acercarse a la salvación se esfumaban. Los hombres de Luis Carro tardaron en reaccionar, y durante esos minutos, pudieron encajar el segundo tanto en alguna contra y en varias acciones a balón parado que acabó resolviendo con mucho acierto el veterano Roberto Pazos.

La ocasión de la igualada del Ribadumia llegaría en una acción en la que el balón le llegó a Hugo Soto en el punto de penalti, pero el delantero aurinegro la envió por encima del larguero. Con el larguero se encontró Giráldez en un disparo desde la frontal del área que acabó en la madera escapándose la opción de sumar un punto muy importante ante un rival que, ahora, abre brecha con los aurinegros. Los lucenses se mantienen como el mejor equipo de este grupo como local, algo que les ha permitido situarse fuera de la zona de descenso.

El Ribadumia, tras la derrota en Cantarrana, se queda a cinco puntos (con un partido menos) de Barco y Ourense CF, equipos que marcan la zona de salvación con 34. Por su parte, el Viveiro sigue sumando y empata a puntos con el Arzúa en la primera plaza del grupo. Tanto Ribadumia como Viveiro tienen muchas jornadas por delante para conseguir su objetivo en una liga muy apretada.

El Ribadumia regresará a la competición el próximo domingo, jornada en la que visitará A Senra el Arzúa, otro rival ante el que se hace necesario puntuar.

“El gol que encajamos lo cambió todo”


El técnico del Ribadumia, Luis Carro, se mostraba ayer triste por el resultado de un partido que “en la primera mitad tuvimos bastante bien controlado, pero el gol que encajamos lo cambió todo, al obligarnos a nosotros a ir a buscar el empate”. A partir de ese momento, “los dos equipos tuvimos ocasiones bastante claras tanto para sentenciar el Viveiro como para la igualada al volverse un poco loco el encuentro”. Carro reconoce que el encuentro no fue el esperado, sobre todo porque “no era un día para combinar mucho, sobre todo por el estado en el que se encontraba el terreno de juego, que nos obligó a recurrir al juego directo”, algo en el que el Ribadumia no se encuentra muy cómodo. A los aurinegros les quedan por delante una serie de partidos en los que todavía depende de sí mismo para mantenerse en la Tercera División.