En el Manuel Candocia se jugará el domingo otro partido de siete puntos tanto para el Somozas como para el Arosa. Dos equipos distanciados en solo tres puntos, pero con unos estados de ánimo muy diferentes tras los últimos precedentes en materia de resultados.

Llegarán los de Rafa Sáez a un feudo en el que el equipo local parece haber perdido toda la confianza puesto que solo ha ganado allí uno de sus últimos cinco encuentros disputados después de perder tres y empatar uno más en ese intervalo.

Llegarán los de Rafa Sáez a un feudo en el que el equipo local parece haber perdido toda la confianza puesto que solo ha ganado allí uno de sus últimos cinco encuentros

Para más inri, los de Jairo Bello han perdido los dos encuentros disputados en esta liguilla de ascenso cayendo por la mínima y sin ver portería ante Arenteiro y Alondras. Es decir que los de As Somozas se jugarán sus últimas opciones de poder pelear por la tercera plaza en el duelo ante los vilagarcianos.

Precisamente una tercera plaza que los de Rafa Sáez tiene a tiro de un punto en una jornada en la que el dueño de la misma, el Polvorín, recibe al Alondras y en Carballo se miden los dos primeros clasificados, Bergantiños y Arenteiro. De ahí que un triunfo el domingo ofrecería al Arosa una perspectiva mucho más halagüeña de cara a afrontar las tres últimas finales de la liguilla de ascenso, dos de ellas como local en A Lomba.

Las expulsiones del exarosista Pacheco y del portero Marcos Souto en el último partido disminuirán el potencial de un equipo coruñés que tiene en la bota derecha de Pablo Rey una amenaza absoluta para todos sus rivales.

Cuentas pendientes en Cantarrana

En el precedente de la pretemporada la victoria cayó del lado de los de Luis Carro. Xoán Álvarez

No será la del domingo la primera vez que crucen sus caminos esta temporada el Viveiro y el Ribadumia. El precedente se sitúa en septiembre cuando ambos equipos se disputaron en San Lázaro el título de campeón gallego de Preferente del curso pasado y también la clasificación para la primera eliminatoria de la Copa del Rey. Aquello se resolvió con triunfo de los de Luis Carro con el histórico duelo ante el Cádiz como bonus.

Ahora, el duelo del domingo tampoco es cosa menor puesto que en juego está el seguir dando pasos adelante en el agónico objetivo de la permanencia. Además, los lucenses llegan a la cita como líder del grupo con 32 puntos, tres más que un Ribadumia que llega con 29 pero habiendo disputado un encuentro menos. La debilidad defensiva de los lucenses es una de las armas a explotar por un equipo de Luis Carro que llega con el hándicap de dos semanas sin competir.