La llamada de atención del Arosa y de parte de su afición sobre el estado del campo de fútbol de A Lomba parece haber surtido efecto, tanto a nivel de mejoría del césped como de atención al club por parte del Concello. En el día de ayer, el alcalde, Alberto Varela, y el edil de Deportes, Miro Serén, se reunieron con el presidente del Arosa, Manuel Abalo para analizar la situación del terreno de juego del campo de A Lomba y planificar en conjunto las actuaciones que van a llevar a cabo para mejorar las condiciones del mismo.

No en vano, el próximo domingo, el club tiene un partido crucial para el futuro de la entidad, en el que se juega gran parte de sus opciones de ascenso y necesita que el césped se encuentre en las mejores condiciones posibles. En ese camino se encuentra el trabajo que ha comenzado a realizar el Concello a través de la empresa concesionaria con la escarificación realizada el pasado martes y en la que la Administración municipal invirtió 2.000 euros. Esos trabajos no se han limitado a mejorar la oxigenación del terreno de juego, sino que también ayudarán a una mejor nivelación en superficie evitando que la pelota tenga un bote irregular y se convierta en incontrolable.

En la reunión de ayer, Varela confirmó al presidente del Arosa que ya se han pedido presupuestos y asesoramiento técnico para adquirir una máquina de corte helicoidal para el mantenimiento de la hierba de A Lomba, trabajos que podrán realizarse igualmente antes de que esté materializada su compra gracias al equipo que prestará el Portonovo. Esta máquina podrá utilizarse a partir de hoy mismo, con un segundo uso el próximo sábado, el día antes del encuentro con el Bergantiños.

Otras medidas que se van a implementar pasan por la disposición diaria de un operario municipal para apoyo y refuerzo de las labores de mantenimiento de la hierba, tales como el riego, preparación, corte, o incluso, para reponer el césped tras los partidos, tareas que, inicialmente, había asumido el propio club mediante convenio.

Desde el Concello mantienen que su intención es “resolver de forma definitiva las deficiencias periódicas del terreno de juego” por lo que ya se ha contactado con técnicos en la materia para asesorarse a fin de redactar un pliego de condiciones para sacar las labores de mantenimiento del campo a licitación, de forma que queden concretadas todas las actuaciones, tratamientos y cuidados que necesita el césped, periodicidad de esos trabajos y el tipo de maquinaria a utilizar.

Desde el grupo de gobierno se presumió en la reunión de que se han realizado importantes inversiones en A Lomba, por un importe de más de 250.000 euros, como fueron la reparación de los vestuarios, el reciente cambio de la cubierta de Preferencia o la renovación de la imagen exterior de las instalaciones.

Cambados y su lucha contra los topos


El de A Lomba no es el único campo de titularidad municipal de la comarca que presenta problemas en su césped. Otro que se encuentra literalmente arruinado es el de Burgáns, pues los topos han convertido el terreno de juego en su espacio particular, dejándolo prácticamente inservible para jugar al fútbol. Esta situación ha llevado al Cambados, equipo que utiliza esas instalaciones, a quejarse amargamente en las redes sociales y ha obligado al Concello a reunirse con una empresa especializada para buscar una solución. Samuel Lago, edil de Obras de Cambados, reconocía ayer que eliminar los topos “no es precisamente una tarea sencilla” y la solución más drástica pasaría por levantar el terreno de juego e instalar una malla metálica, una actuación que, de hacerse, tendría lugar una vez finalizada la temporada. Lago reconoce que “este es un problema que viene de viejo y que vamos a tratar de solucionar reduciendo su población” ya que en los últimos meses, esta se ha multiplicado, al aprovechar la ausencia de actividad sobre el césped de Burgáns. Una de las alternativas que se puede llegar a barajar sería la instalación de césped artificial, una obra que acabaría por completo con la presencia de topos, pero que supondría un coste muy elevado en un primer momento. Además, implicaría acabar con un campo que siempre ha lucido césped natural, algo que tantas vecen han valorado los clubes que visitaron Cambados.