Seis partidos y más de dos meses después el Ribadumia volvió a experimentar el efecto de las victorias. Fue ante un Atios que vendió muy cara su piel, si bien fueron los locales los que tuvieron que mantenerse firmes ante el asedio al que fueron sometidos después de casi una hora de juego en inferioridad numérica. Un hecho que multiplica las buenas sensaciones en una fórmula en la que también hay que incluir la condición de rival directo, la necesidad y el componente anímico, para entender el resultado de lo conseguido.
No pudieron empezar mejor las cosas para el Ribadumia en un partido de tanta necesidad. La presión en zona defensiva a su rival se encontró con un regalo por parte de Sergio de Paz que dejó la pelota franca a pies de Cerqueiras dentro del área para que éste batiese a Diego por bajo con todo a su favor.
El primer y único gol entró en la red del Atios a los dos minutos del comienzo del partido en A Senra
Tan solo habían transcurrido dos minutos y el escenario ya se había vuelto el más favorable posible para los de Luis Carro. Una situación que pronto empezó a cambiar por el buen hacer de un equipo porriñés que se hizo auténtico dominador del juego, tanto en tiempo de balón como en gestión de los espacios.
Más por obligación que por voluntad, los aurinegros dieron un paso atrás. Sus posesiones se reducían a recuperación y pérdida inmediata, una cuestión que alimentaba la sensación de superioridad de un Atios que empezó a hacerse notar en el área local. El primer aviso fue un disparo de Mintegui tras ganar la espalda a la defensa ribadumiense, pero la peor sensación era la de agobio que desprendían los aurinegros sin el balón como oxígeno para calmar su ansiedad.
Falta lateral
Sin noticias en la parte opuesta del terreno de juego de A Senra, los dirigidos ayer por Salva Martínez, por sanción de un José Tizón que estaba en la grada, empezaban a echar en falta aquello que se estaban mereciendo. Más aún tras una falta lateral botada por Mota en la que Joni se anticipó a toda la defensa en un remate que afortunadamente salió centrado para facilitarle la labor a Roberto Pazos.
Aguantando el asedio de la mejor forma posible, las noticias siguieron siendo negativas para los intereses de los de A Senra. Cuando Javi Domingo fue expulsado con roja directa tras derribar a Joni que corría con ventaja a batirse con Pazos tras un excelente pase filtrado por Mota, quien luego botó la falta sin consecuencias. Con Óscar Iglesias ejerciendo de central, los locales aguantaron hasta la llegada de un descanso que serviría para recomponer el plan de partido.
Los porriñeses no dudaron a la hora de poner rumbo a la portería de Pazos, pero sin la clarividencia suficiente como para hacer intervenir al portero local
La entrada de Eloy por Cristian permitió recomponer el dibujo mientras que al Atios le tocaba asumir el peso del partido buscando superioridades que le permitiesen darle la vuelta al marcador. Los porriñeses no dudaron a la hora de poner rumbo a la portería de Pazos, pero sin la clarividencia suficiente como para hacer intervenir al portero local.
A un también sancionado Luis Carro le tocó ir adaptándose a las circunstancias a base de cambios. Lo cierto es que fue encontrando la fórmula para bunkerizar su portería mientras su rival se devanaba los sesos y la paciencia por encontrar un resquicio lo suficientemente ventajoso para poder apuntar a portería.
La opción de Joni
Joni tuvo una opción pero su disparo desde fuera del área se le fue muy arriba. La mejor oportunidad llegaría en pies de Marquitos quien, tras un servicio desde la derecha, controló el balón dentro del área con todo a favor para marcar, pero su golpeo no tomó la dirección deseada.
La amplitud que pretendía imprimir el cuadro porriñés a su juego tampoco sirvió para sacar réditos. Los minutos seguían transcurriendo con Roberto Pazos de invitado de excepción, si bien cada vez costaba mucho más llevar el balón lejos de sus dominio.
La entrada de Cheri y Charles ayudó a sacudirse de vez en cuando el dominio de manera directamente proporcional a la ansiedad creciente en un Atios incapaz de puntuar ante un rival directo y herido. El pitido final dio lugar a la explosión de felicidad de un Ribadumia que vuelve a verlo todo con mayor cromatismo en lo que respecta a sus posibilidades de poder mantener la categoría. El domingo en A Estrada tocará vivir una nueva batalla para ayudar a decantar la guerra que todavía queda.
“Me alegro muchísimo por los futbolistas”
Luis Carro era la viva cara de la felicidad tras un triunfo que, como él mismo afirmó, “lo necesitábamos muchísimo, sobre todo a nivel mental. Y de esta forma, nos refuerza aún más. Me alegro muchísimo por todo el club, pero sobre todo por los futbolistas. Se merecen que nadie dude de ellos. Se puede perder o se puede ganar, pero no se puede dudar. A veces toca dinámicas complicadas, pero trabajamos siempre a tope para dar nuestro mejor nivel”. No le sorprendió el sufrimiento padecido ante el Atios, “sabíamos el partido que iba a tocar hoy. Muy cerrados en el marcador y ponernos por delante tan pronto era muy importante. La expulsión luego lo condiciona todo. Tuvimos que gestionar bien los cambios porque había mucha gente con molestias y todo salió bien”.
