Un fortín de nombre Santa Mariña

Cambiar la relación que guarda últimamente con las victorias es el objetivo con el que el Arosa se presentará el domingo en Santa Mariña. Allí espera un Choco que todavía no sabe lo que es perder un encuentro como local en lo que va de curso, un dato que refleja a las claras la dificultad a la que se enfrentan los de Rafa Sáez.

Pese a las teóricas trabas que esperan a los arlequinados, en su caso pesa más el ansia de volver a ganar que cualquier otra circunstancia. Segundos en la clasificación del grupo Sur, por detrás de un Arenteiro al que visitarán el miércoles, la realidad actual es que el Arosa aún no sabe lo que es ganar en lo que va de 2021. La culpa la tienen cuatro empates consecutivos, salpicados entre medias por dos aplazamientos. Concretamente, la última vez que los tres puntos subieron al casillero arlequinado fue tras imponerse al Estradense en A Lomba.

Los de Redondela también tienen muchas cosas en juego en este duelo. Su actual clasificación, quintos a solo cuatro puntos del Arosa, le otorga al partido la condición de salvoconducto para la pelea por las tres primeras plazas. Una posibilidad en la que juega un papel trascendental su fortaleza en Santa Mariña. Un escenario en el que nadie les ha superado hasta la fecha después de siete comparecencias saldas con cuatro empates y tres victorias, las últimas dos de manera consecutiva.

Pero sí motivos maneja el Choco para ser optimista respecto a sus posibilidades de triunfo en virtud del escenario, también los de Rafa Sáez cuentan con avales más que contrastados para reforzar su confianza. El primero y más evidente es que han puntuado en todos los desplazamientos que han efectuado. La efectividad del Arosa a domicilio se resume en seis partidos lejos de A Lomba en los que sumaron cuatro triunfos y dos empates haciendo gala de una fortaleza digna de elogio como queda patente en el hecho de haber encajado un solo gol en ese periplo. Para más inri, el tanto al que nos referimos fue el que le anotó el Ourense CF en O Couto y después de haber sufrido dos expulsiones.

El Ribadumia, ante el Alondras y la inactividad

El fútbol volverá al campo de A Senra el domingo. Prácticamente un mes después de su último partido allí, el Ribadumia vuelve a la competición en casa después de dos semanas de inactividad competitiva debido a los rigores de los protocolos COVID que obligaron a los aplazamientos ante Atios y Estradense. Enfrente estará un Alondras que, curiosamente, también se ha visto obligado a aplazar sus encuentros de las dos últimas jornadas por idéntica circunstancia. En su caso habría tenido como rivales a Pontellas y Rápido de Bouzas. En el caso de los dirigidos por Jorge Otero, sus 21 puntos, le meten de lleno en la pelea por las tres primeras plazas de cara a la segunda fase de competición. Un ritmo que le obliga de cara al domingo, más aún después de sumar solo cuatro puntos de los últimos doce que pudo disputar. También en el Ribadumia la necesidad adquiere incluso un mayor rango. Tanto es así que las tres derrotas consecutivas en sus últimos compromisos, sumadas a los aplazamientos, le han hecho caer a la penúltima plaza, aunque a solo cuatro puntos de la zona que le permitiría certificar la permanencia al término de la primera fase, objetivo real y único de la plantilla de Luis Carro.

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