Hace trece años, una parte del Clube de Remo Mecos se quedó en la cuneta de la N-632 a su paso por Cudillero. Allí fallecía Miguel Fernández Lores “Lagar”, en un grave accidente de tráfico cuando regresaba a casa de Astillero, en cuya trainera remaba esa temporada. El vacío dejado por uno de los remeros más destacados del club se llenó con la celebración de un Memorial que, coincidiendo con el aniversario, se celebra cada año en O Grove. Sin embargo, el maldito Covid-19 ha impedido que este año se viese la competición de traineras, pero no que el club recordase la figura de Lagar. En la entidad que preside Maria Luisa Barreiro, tenían claro que un homenaje tan sentido a una persona tan apreciada como Lagar no iba a aplazarse. Se haría guardando las estrictas medidas que seguridad marcadas por las autoridades sanitarias.

Un minuto de silencio ante las dependencias de la entidad, antes de que tres traineras se lanzasen al agua para levantar los remos en señal de duelo.

En el club todavía quedan muchos remeros que coincidieron con él, pero también hay varias generaciones que crecieron viéndole a él como la gran referencia, e incluso, fueron sus alumnos, ya que Lagar llegó a ejercer como monitor, enseñándoles a amar un deporte tan sacrificado como el remo.

Todavía sin saber muy bien cómo será la próxima campaña, el club lleva ya semanas preparándola, eso sí, adaptándose a las circunstancias que fijan las autoridades municipales y sanitarias para entrenar. En el municipio meco, las dependencias deportivas están cerradas, por lo que todo el trabajo de gimnasio o la utilización de los ergómetros no se está llevando a cabo. Eso sí, los entrenamientos en el mar no están prohibidos, algo que los remeros están aprovechando para hacer kilómetros sobre el agua a la espera de que se concrete el calendario.

En principio, todo apunta a que se mantendría de forma muy similar a años anteriores, comenzado en el mes de febrero con las competiciones de bateles. Sin embargo, la evolución del Covid-19 y los constantes cambios decretados por las autoridades sanitarias hacen que trabajar con esas fechas no sea más que una ilusión ya que “mucho nos tememos que puedan acabar modificándose en función de la situación en que nos encontremos”.