Los errores defensivos en el Ribadumia se han convertido esta temporada en una constante, unos errores que le están costando demasiados puntos. Así ocurrió con el Estradense hace dos domingos en A Senra, y la historia volvió a repetirse ayer ante la UD Ourense: un partido controlado, con una cómoda ventaja que se deja escapar cuando el partido entraba en su recta final. Errores como los del segundo gol encajado, en el que Alfredo recorre todo el área local en diagonal sin tener controlado el balón y sin que nadie consiga despejarlo, empañan un gran trabajo de todo el equipo, sobre todo en la presión alta que pusieron en marcha en la segunda mitad, tras encajar el 2-1, que consiguió maniatar a la UD Ourense.

El encuentro arrancó con intensidad, con los dos equipos tratando de imponerse en el centro del campo y en la presión, lo que facilitó ver algunas acciones de cierto peligro en el inicio. Las más claras fueron para los visitantes, la primera en un balón colgado que Charly reventó de tal forma ante Pazos que la mandó fuera y otra en un doble remate de Amín que el meta local rechazó en ambas ocasiones con mucho acierto.

Esos momentos eran en los que el Ribadumia más sufría tras tener bastante controlada la primera parte, pero al igual que en otros encuentros, fue cuando consiguió adelantarse. Lo hizo en el minuto 27, cuando la defensa aurinegra cortó un ataque visitante y lanzó el balón a la carrera de Charles. El delantero arrancó en su propio campo y superó en velocidad a dos defensores antes de plantarse ante Dani y superarlo con un sutil disparo cruzado.

Los visitantes no digirieron nada bien el tanto, y aunque incrementaron la presión en campo contrario, el único acercamiento de cierto peligro antes del final de la primera parte fue local, con un disparo de falta de Brais que se fue lamiendo el palo.

Nada más arrancar la segunda mitad, el Ribadumia pudo anotar el segundo, pero Carlos estrelló el balón en Dani. Fue justo antes de que se registrase una jugada polémica en el área local. Una internada de Amín, en dura pugna con Diego Abal, acabó con el primero por los suelos. El árbitro no dudó en señalar la pena máxima, una decisión que corrigió tras consultar con su asistente, optando por sancionar al delantero ourensano con amarilla al entender que se había tirado.

La UD trataba de buscar el tanto de la igualada sin crear excesivo peligro, y lo que se encontró fue con el segundo tanto del Ribadumia. En una jugada un tanto embarullada, Cheri acertó a llevarse el balón ante varios contrarios, pero su disparo fue repelido por Dani. El rechace le cayó a los pies a Charles, que no falló. Era el segundo tanto para el Ribadumia que parecía encarrilar el encuentro, aunque las cosas no tardarían en torcerse.

Con esa desventaja, los visitantes se lanzaron a tumba abierta, dejando grandes espacios a las espaldas de los laterales, algo que el Ribadumia trató de explotar para intentar cerrar el partido, y a punto estuvo de hacerlo Cheri, pero su disparo se fue rozando el larguero. Lejos de guarecerse en su área, el Ribadumia adelnató líneas y presionó muy arriba, impidiendo a los ourensanos maniobrar. Tan solo consiguieron los visitantes superar esa presión en la acción del primer tanto, cuando Migui finalizaba una excelente acción de Amín que, tras ganar la línea de fondo, cedía atrás para que su compañero marcase a placer.

El tanto no impidió al Ribadumia seguir con su hoja de ruta hasta que el cansancio comenzó a hacer mella en sus jugadores. En los últimos instantes, los aurinegros comenzaron a retroceder y a refugiarse en su área. Fue en ese momento cuando comenzaron a dejarse notar los nervios por lo apretado del resultado, y llegaron las indecisiones.

La defensa local comenzó a mascar que el día podía acabar mal, con un par de malos despejes, una falta de entendimiento entre jugadores, los laterales rivales ganando la línea de fondo, ..., todo lo que habían conseguido evitar durante los 85 minutos restantes, parecía que ocurría en ese momento. Y así llegó el tanto. El veterano Alfredo, que ayer ejercía como lateral izquierdo, combinó con Migui, este se la devolvió en un pase interior a la espalda del lateral local, y Alfredo remontó todo el área sin que nadie le saliese al paso hasta superar a Roberto Pazos, totalmente desesperado ante la pasividad de su defensa. Era el minuto 87 y el encuentro se extinguía, pero los jugadores del Ribadumia todavía sacaron corazón como para intentar evitar la igualada. Una falta lateral desde la izquierda fue rechazada en primera instancia, pero el balón le cayó a Miguel Vázquez, cuyo disparo se fue lamiendo el larguero. La jugada fue en un descuento que se consumía de forma inexorable, igual que las esperanzas de un triunfo para los locales.

Luis Carro: “Parece que hay historias que se repiten demasiado”

La igualada a escasos minutos del final dejó a Luis Carro, técnico del Ribadumia, muy preocupado, sobre todo porque “parece que se repiten demasiado determinadas situaciones que nos acaban penalizando mucho”. El técnico aurinegro señalaba al término del encuentro que “hemos dado un paso importante a nivel ofensivo respecto a otros partidos, pero es evidente que a nivel defensivo estamos en la dinámica de pasos atrás”. Carro incide en que “ellos tuvieron en la primera mitad dos o tres opciones muy claras sin prácticamente generar nada”. En el segundo tiempo “otra vez, un partido que no sabemos controlar, con 2-0, un partido que hay que cerrar, pues encajamos el 2-2”. la intención local era defender con “el bloqueo alto en la salida del balón rival, pero creo que nos faltó un poco de gasolina al final, nos condicionó el tema de las lesiones al ir muy justos de cambios, pero cada vez que defendemos cerca de nuestra portería nos sentimos demasiado incómodos; la sensación es la de otros partidos, en los que tenemos la situación bastante controlada pero nos acaban levantando la ventaja, algo que no debía haber ocurrido nunca”.