El Ribadumia luce sonrisa en O Couto

Dos tantos, en las postrimerías de cada parte, guían a los aurinegros hacia un triunfo de mucho mérito ä El partido se jugó según el guion marcado por los de Luis Carro

Una acción del duelo entre ourensanos y ribadumienses en la tarde de ayer.

Una acción del duelo entre ourensanos y ribadumienses en la tarde de ayer. / // Carlos Peteiro

José luis díaz | Ourense

Dos goles cuando pasaban dos minutos de los 45 del primer y segundo tiempo, marcados por dos futbolistas entrados desde el banquillo, Brais y Fran Fandiño, supusieron la victoria del Ribadumia en el campo del Ourense CF, ante un equipo blanquinegro que pagó cara la poca preparación y competir con una plantilla totalmente nueva respecto al pasado curso.

No han sido unos días fáciles para los blanquinegros, catorce días parados por el positivo de un jugador que estaba a prueba camino de Nigeria para recoger unos papeles, contratiempo al que sumó el posterior del entrenador, ayer fuera del banquillo aunque ya posibilitado sanitariamente para ocuparlo. Se reflejó sobre el campo, el Ribadumia no necesitó dejarse el alma para llevarse el partido con dos ramalazos certeros.

El oficio vale oro en el fútbol. El Ribadumia lo tiene -al menos ayer lo demostró en O Couto- el nuevo Ourense CF no, apenas dos futbolistas que continúan del año pasado, dos rémoras de las que los de Rubén Domínguez no consiguieron desprenderse en un partido con el ritmo justo. Llevaron la manija los locales, pero más porque se la dejaron que por saber qué hacer con ella. Anduvieron cómodos los de Luis Carro, casi nunca exigidos, prestos para golpear aprovechando la falta de conjunción de un equipo al que le falta muchísimo para conformar un bloque.

Borja Domingo no tuvo su domingo. Lo más cerca del gol que estuvo fue cuando sorteó al guardameta rival, pero cruzó tanto la pelota que se le escapó por el otro palo. Fue de las pocas veces que consiguieron los delanteros ourensanos desbordar una defensa que vivió cómoda. Cuando todo apuntaba a un descanso sin goles, cuando pasaban dos minutos de los 45, una falta lateral que puso Brais no encontró ni rematadores ni defensas que despejasen. Gol, el mejor escenario posible para los de Luis Carro, con una ventaja que administrar ante un equipo más aturdido que espabilado, más espeso que despierto.

Movió piezas Domínguez, metió pólvora con Wadir a la hora de juego, pero lo que encontró fue una contra que lideró Moncho y que sacó con una buena mano Juanvi. En la otra puerta, una mala salida de Roberto Pazos no pudo aprovecharla Domingo, que metió la cabeza sin convicción.

Pasaban los minutos y las entradas y salidas de jugadores tampoco es que ayudasen mucho al que va perdiendo. Las prisas se apoderaron de los blanquinegros, que encontraron todo menos precisión. Tocaban y tocaban en medio campo, sin mayor oposición, otra cosa era cuando se aproximaban a la línea de tres cuartos pontevedresa. Ahí sí mordían los defensores, implacables a la hora de no conceder ninguna ventaja.

Sin embargo, igualó Ces con un disparo desde la frontal en el minuto 82. Nadie se descompuso en el bando visitante, como si el mazazo no alterase al que ha tenido que pasar penurias peores hasta volver a la Tercera División. Cabeza fría y a aprovechar los pocos minutos que todavía quedaban. Parecía como si el Ribadumia supiese responder a la adversidad, como si estuviese entrenado para ello. A quien sí pudo el ansia fue a los de Domínguez, que cuando más felices se las prometían llegó el centro desde la izquierda que embocó Fran Fandiño en el 92 para llevarse tres puntos de oro para A Senra.

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