Ni siquiera confiaba en poder repetir este año la experiencia de jugar un Grand Slam. La pandemia del covid no hizo más que mostrar nubarrones en el horizonte competitivo de Jéssica Bouzas, pero lo cierto es que a estas horas, se encuentra en París a la espera de arrancar su segunda participación en una de las cuatro grandes citas del calendario tenístico, el Roland Garros.

Estar entre las 64 raquetas que aspiran a levantar el trofeo de los mosqueteros ya son palabras mayores. La ilusión que ha producido en la vilagarciana la participación se convierte en su mejor espoleta de cara a ir superando rondas. Allí, en 1999 compitió por última vez una tenista gallega. Fue la pontevedresa Lourdes Domínguez y se hizo con el título.

A París llegó Jéssica Bouzas acompañada de su compañero en la Academia David Ferrer, Pablo Llamas, así como el técnico Isaac Grau. No fue un viaje fácil. El protocolo del torneo obliga a viajar a París con un prueba PCR negativa reciente y, la propia organización, somete a todos los jugadores a otra prueba más de contraste nada más poner un pie en la capital francesa.

Inconvenientes añadidos de la situación sanitaria es que las limitaciones en cuanto a poder disfrutar del evento son prácticamente todas. A primera hora de la mañana, todos los jugadores júnior participantes se desplazan en un autobús a unas instalaciones para poder entrenar. Por supuesto nada de poder acceder al club para presenciar en directo los partidos de la categoría sénior, los mismos en los que Nadal persevera en ganar su entorchado número 13 sobre la arcilla parisina.

Sin más exigencia que la de disfrutar de uno de los mejores escenarios posibles para desplegar su tenis, la vilagarciana cuenta con el hándicap de los escasos torneos que ha podido disputar en lo que va de año, si bien es una cuestión generalizada.

Su padre Juan Jesús Bouzas, que siempre hace todo lo posible por acompañarla a cualquier evento, tiene claro que "esta vez toca quedarse en casa. No me puedo exponer a viajar porque yo vivo de mi trabajo y hay que reducir los riesgos al máximo. Solo quiero que Jéssica disfrute de la experiencia y que vuelva con la tranquilidad de haber dado su mejor nivel".

Entre hoy y mañana se conocerá el cuadro final. Ya queda menos para el debú en la tierra soñada de todos los tenistas.