El balonmano permanece a expensas de un protocolo de la Federación que deberá autorizar la Xunta, para permitir el entrenamiento con contacto y que los equipos gallegos puedan recuperar su actividad. De hecho, en esta ocasión no arrancará la Copa en Primera Autonómica, cuyo inicio estaba fijado para mediados de agosto, y que implicaría a Rasoeiro y Asmubal que compartirán categoría.

El Rasoeiro ha comenzado, por el momento, con el organigrama del club, en espera de noticias. Pablo Filgueira seguirá dirigiendo al sénior más al cadete masculino, y Quito Parada se centrará en la sección femenina, contando para ello con la colaboración de Aarón Vidal. En el sénior masculino, la principal novedad es el regreso al Rasu del extremo Sergio Iglesias, que se desvinculó del Chapela en Primera Nacional para regresar a O Grove. "Es un jugador que nos aportará una velocidad para el contragolpe -apunta Pablo Filgueira-, con el que además nos sentimos encantados por su vuelta a casa, un regreso que él también ansiaba en parte dado el momento que nos toca vivir. Con él ganamos, no ya un excelente jugador, sino la posibilidad de un técnico más para la base". Una cantera para la que el Rasoeiro prevé partir esta temporada con cinco equipos en liza: el infantil, cadete y juvenil masculino, e infantil y cadete femenino. La otra novedad del sénior es que, de partida, el club continuará con el patrocinio de Calmear para dar nombre al equipo.

Por el momento el club ha comenzado a dar los primeros pasos con la base "realizando alguna actividad física con medio centenar de jugadores -explica Filgueira-, con los que trabajamos en grupos reducidos de 6 o 7, siempre en espacios abiertos, eligiendo A Toxa para tratar de engancharlos al deporte, recordándoles que el balonmano sigue ahí". "De momento -agrega- el único protocolo vigente es el que permite el entrenamiento sin contacto, lo máximo que cada niño tenga su balón, que lance con una pared o a portería vacía, porque si se coloca un portero ya implicaría contacto". Además, en O Grove también se está a expensas de un protocolo del propio concello.